capitulo 12

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Por la madrugada, Jimin bajó las escaleras con el mayor sigilo, cuidando de no hacer ruido

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Por la madrugada, Jimin bajó las escaleras con el mayor sigilo, cuidando de no hacer ruido. Su corazón latía con fuerza, y la adrenalina lo empujaba hacia adelante.

Llegó a la puerta principal y, sin pensarlo dos veces, salió sin mirar atrás. No podía quedarse ni un segundo más en esa casa. Sin esperar a que alguien lo descubriera, empezó a correr por los campos que rodeaban la mansión Jeon.

El frío de la noche se aferraba a su piel, calando hasta los huesos, pero Jimin no se detenía.

Tras un tiempo corriendo, llegó a un árbol solitario donde se detuvo para recobrar el aliento. Su respiración era agitada, y su cuerpo temblaba, no solo por el frío, sino también por el miedo que sentía.

Justo cuando decidió continuar, se chocó con alguien.

—¿Jimin, qué haces aquí? —preguntó Yoongui, sorprendido.

Al verlo, Jimin no pudo contener más sus emociones. Se lanzó a los brazos del alfa, aferrándose a él mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.

—Iba a buscarte... —sollozó Jimin, su voz rota por el llanto.

Yoongui, al sentir la desesperación del Omega, lo sostuvo con fuerza, acercándolo más a su cuerpo, compartiendo el dolor que ambos cargaban.

—Yo también iba a buscarte —respondió el alfa, con la voz quebrada y un nudo en la garganta.

—Ven, no podemos quedarnos aquí. Nos verán, y además, parece que va a llover —dijo Yoongui, tomando la mano de Jimin con firmeza.

Juntos corrieron bajo la fría noche hasta llegar a los viñedos de la familia Jeon, buscando refugio en un establo cercano.

Al entrar, el alfa se aseguró de que no los siguieran. Cerró la puerta tras ellos y, rebuscando entre las cosas que dejaba ahi cuando trabajaba con Jungkook en los viñedos, le ofreció su grueso abrigo a Jimin  al no encontrar  nada.

—Toma esto, está haciendo mucho frío —dijo el alfa, envolviendo al Omega en el abrigo.

—Gracias —susurró Jimin, agradecido mientras se acomodaba la prenda.

—Sube por las escaleras, allá arriba está más cerrado, no entrará tanto frío —indicó Yoongui, encendiendo una lámpara de aceite.

Subieron juntos por las escaleras de madera, hasta llegar a una zona más protegida del establo.

Yoongui, siempre atento a las necesidades de Jimin, empezó a acomodar el heno para hacer una especie de cama improvisada.

—Ya puedes sentarte —dijo el alfa, señalando la cama de heno que había preparado.

Jimin dejó la lámpara de aceite  en un rincón y, sin pensarlo, corrió hacia Yoongui, buscando su calidez y seguridad. Mientras lo abrazaba, sus ojos se enfocaron en el rostro del alfa, donde un moretón oscuro comenzaba a revelarse alrededor de su ojo.

ENTRE CADENAS Y CORONAS 👑 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora