El diablo me ha atrapado.
Lo que comenzó como un error inocente se convirtió en un verdadero infierno.
En mi defensa, no quise involucrarme con una princesa de la mafia. Pero ella irrumpió en mis defensas de todos modos.
Me acechó desde las sombras...
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No puedo dejar de llorar.
Cada vez que lo intento, se me estruja el corazón y los ojos se me llenan de lágrimas hasta que creo que no me queda ninguna.
Pero continúan.
Llevo unas horas vagando por las calles sin rumbo. Me duelen los pies, mis músculos gritan, pero no me detengo. Si lo hago, pensaré en lo que ha pasado esta noche.
Del dolor que está rompiendo mi corazón muy lentamente, causando estragos de adentro hacia afuera.
No quiero pensar en la causa de ese dolor. En cómo me miró Lisa o en las palabras que me dijo.
Lo más importante es que no quiero pensar en que parecía que iba a matarme.
Yo soy la tonta por poner mi corazón en el suelo por ella sólo para que lo pisotee y me deje como una cáscara vacía.
Mis pies se detienen frente al refugio. Está cerrado, y no hay nadie más que la seguridad de dentro.
Incapaz de seguir caminando, bajo hasta el escalón de la entrada, me envuelvo con los brazos para sentirme más cómoda y recuesto la cabeza contra la fría pared.
Probablemente debería llamar a un Uber para que me lleve de vuelta a la residencia, pero no quiero que Rosé y los demás me vean así. Diablos, no quiero verme así: rota, estúpida y desesperada por alguien que nunca confiará en mí.
Para alguien que me hizo tanto daño, no puedo encontrar las piezas que rompió.
Tomo mi teléfono y lo miro fijamente a través de mi visión borrosa, pero la batería se agota y se queda en negro.
Con un gemido, me sujeto la cabeza entre las manos. Tengo un dolor de cabeza que ha empeorado por el dolor emocional palpitante de esta noche.
Lisa y yo estábamos muy bien. Después de los pocos días que pasamos con mis padres, estaba segura de que ella era para mí, de que nadie más sería capaz de estimular mi mente, mi cuerpo y mi alma como lo hace ella.
La gente reprime sus necesidades animales, pero Lisa las alimentó en mí. Me animó a ir en busca de lo que quería, a pedirlo y a caer en ella.
Aunque por fuera parecía refinada, fría y serena, en su interior acechaba una bestia que llamaba a la parte animal de mí. Sí, a veces puede ser prepotente, pero era todo lo que no creía querer en una mujer.
Era la persona en cuya compañía encontraba la paz después de un largo día.
Hasta antes.
Hasta que me mostró cuán despiadadamente podía herirme.
Quizá si no hubiera salido a hablar con Ryujin, nada de esto habría ocurrido. En retrospectiva, no debería haberlo hecho, pero Ryu dijo que irrumpiría y arruinaría nuestra fiesta y pensé que encontrarme con ella fuera sería mejor que dejar que chocara con Lisa, Minji e incluso Tae.
