Damian Archer nunca imagino que un inocente juego de niños se convertiría en un nuevo tormento para su persona, llenandolo de preocupación y ansiedad por las acciones precipitadas que hacía aquella mujer cegada por la rabia que sentía ante tanta injusticia vivida y por vivir.
Después de haberle explicado a Benjamin que se habían quedado varados por causa de la nevada y de haberle dado cada detalle de la cita que tuvo su hija aquella tarde, se encaminó hacia la habitación de la joven, encontrandola sentado frente a su escritorio, escribiendo con tranquilidad.
— Toca la puerta — le pidió sin siquiera mirarlo —. Si no fuese que reconozco tu presencia, me habrías matado del susto.
— ¿Pudo renocer mi...? ¿Qué?
— No sé que es, pero de alguna u otra forma reconozco tu presencia, como abres la puerta con cuidado y entras despacio — explicó sin más —. Aun así debes estar estresado por algo porque siempre avisas antes de entrar.
— ¿Cómo no estarlo? — preguntó histérico — Usted planea algo en contra ese tal Lester Taylor por haber matado a su hermana y ese tipo de acciones no causan más que desastres, señorita.
— Es verdad — le dio la razón, aun ocupada con lo que escribía —, pero eso no significa que vaya a detenerme.
— Señorita...
— Damian, no importa cuanto lo intentes —se dio la vuelta y lo miró con seriedad —. Ya lo he decidido y ni siquiera tú puedes hacerme cambiar de opinión.
El pelirrojo, permitiéndole percibir su dolor con su expresión, se acercó a ella sólo un poco más, lo necesario para demostrarle que aquellas ideas que se estaban formando en su cabeza no terminarían en algo bueno.
— Yo... yo simplemente no quiero que algo malo vaya a sucederle, señorita.
— Lo sé — dejó su asiento, reduciendo la distancia que los separaba —, pero mi vida ha estado llena de malos ratos, uno más no hará la diferencia.
— Puede ser peligroso...
— El peligro es parte de la vida — se alzó de hombros tomando entre sus delgadas manos las manos del menor.
— Supongo que tendrá una respuesta para todo lo que diga — se rio un poco, aun ansioso.
— No intentes detenerme — pidió con voz suave, muy cerca de sus labios —, sólo quédate a mi lado el tiempo que sea necesario.
— Me quedaría toda la vida si pudiera, señorita.
— Hazlo entonces, porque yo ya no puedo imaginarme un mundo sin tu luz.
Era curiosa la forma en la que ambas almas se encontraron, fue como si el destino los hubiera puesto en el camino del otro para llenar el vacío que había en su interior.
Y es que de eso se trataba el amor, de buscar en alguien más lo que siempre has buscado en ti mismo, o al menos así lo creían ellos.
Daisy siempre buscó esa dulzura y esa sensibilidad que tenía Damian, como este mismo simpre anhelo la fuerza y valentía que poseía la joven, siendo todo lo que el otro deseaba, apesar de que ante la sociadad los papeles debían ser al revés, ambos eran felices con ese complemento que han buscado durante sus cortas vidas.
— ¿Qué planea hacer, señorita? — indagó Damian luego de que aquellos labios se alejaran de los suyos.
Él no espero que el silencio perdurara de esa forma en la habitación, mucho menos pensó que la joven apartaría su mirada, enfocando sus ojos en el vacío de la sola alcoba.
Y es que era impensable que después de aquellas expresiones llegara esa respuesta:
— Voy a casarme con Lester Taylor.
El mundo de fantasías que habían construido en conjunto, lleno de esperanzas y sueños, adherido a esas promesas vacías que no hacían más que elevar la expectativa y la credibilidad de esta. Derrumbandose sus paredes de burbujas, reventando ante la más mínima presión.
Dolió.
Dolió tanto su pecho que incluso su cuerpo reacción separándose de ella como si la cercanía quemase de la peor forma.
No se esperaba aquella respuesta y tampoco la determinación en toda el aura de Daisy.
— ¿Qué...? ¿Qué dice?
— Sé que es muy repentino, pero quiero estar cerca de él. Necesito estar cerca de él, es vital para mí que ese imbécil sufra lo que sufrió mi hermana.
— Pero, señorita — con la mirada dolida, Damian trato de persuadirla —, ¿por qué?
— Porque no puedo sentirme en paz — confesó, acercándose nuevamente al menor —. No voy a encontrar la paz sabiendo que ese hombre sigue vivo después de asesinar a Agnes.
La sed de venganza se había apoderado de su ser, guiandola a aquellas ideas apresuradas y llenas de rencor, siendo basadas únicamente por el dolor de su alma y lo injusto que se sentía que su hermana haya sufrido esa humillación.
— ¿De qué servirá casarse con él?
— Es posible que vayas a conocer la peor parte de mi personalidad, Dan — inició diciendo —. Y también es probable que vayas a asustarte hasta el punto de tener miedo de mi.
— ¿Por qué le temería?
— Porque me voy a convertir el los monstruos que siempre he odidado, Damian — confesó finalmente —. Pienso acabar con la vida de Lester Taylor.
Y sí que se asustó.
Damian Archer quedó completamente helado después de aquella confesión, notando como la mismo Daisy se alejaba de él y aun así mantenía la firmeza en su mirada, haciéndole saber que no se trataba de alguna broma y que realmente pensaba acabar con aquel hombre.
— Señorita...
— No voy a pensarlo dos veces, no pienso dejarme convencer de que no es buena idea — advirtió —. Como ya te dije, lo que necesito únicamente es tu presencia y saber que estás de mi lado, Damian.
Nuevamente, se vieron envueltos en un silencio aterrador e incómodo, permitiéndole a los sentimientos y a la mente crear un alboroto interno que sólo ellos conocían, sintiendo la pesadez del presente y el miedo del porvenir.
Daisy estaba completamente demente y Damian lo sabía, pero quizá él estaba más demente porque aun después de saberlo no podía evitar amarla con todas sus fuerzas.
— Siempre estaré de su lado, señorita .
Con una brillante sonrisa llena de alivio, Daisy se lanzó sobre los brazos de su amado, buscando el consuelo en ellos como siempre solía hacer, amando las sensaciones de la calidez y dulzura que este le brindaban.
— Sabes que no incumpliré a mi promesa — le aseguro con firmeza, aferrándose a su cándido cuello —. Cuando él este muerto y tú hayas finalizado la escuela, huiremos de aquí sin dejar rastro.
— Confio en que así será, señorita.
Y era cierto, el confiaba ciegamente en la palabra de su amada Daisy, ignorando que prometer algo en un futuro incierto era el acto de mayor ignorancia que se podrían hacer.
La desilusión provoca un dolor aun más intenso que el de un golpe físico, pues la forma en la que caes después de incluso sentir que puedes tocar el cielo es el dolor más insoportable y duradero que algún ser puede sentir.
Aún así, Damian amaba aquellas ilusiones que lo hacían sentir vivo e incluso feliz. Pues la única idea de que algún día sería todo lo que quisiera ser al lado de su señorita era lo que le mantenía con vida y le daba razón para seguir luchando.
Si no fuese por Daisy, hace mucho se habría rendido ante todo y todos.
Y es que ambos dependían tanto del soporte del otro que al separarse la caída sería en picada y con un aterrizaje sin freno alguno.
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Butterfly Garden ²
Romantik"El día en el que todas las mariposas se fueron del jardín, y volaron libres en busca de un nuevo horizonte, en busca de su propia felicidad" •En proceso •Primera Parte: Butterfly •Inciada: 26 de octubre del 2024 •Terminada: ...