Sus días pasaron de ser felices en compañía de su amado Damian, a días completamente tristes y aburridos siendo cortejada de la manera más simple y convencional por un hombre que lo único que causaba en su ser era repudio.
No hizo las cosas faciles para Lester, pues una parte suya aún esperaba que este se arrepintiera y dejase la propuesta a un lado como muchos otros.
Varias veces se arrepentía de sus acciones precipitadas y de pensar que a la amable y dulce Agnes le disgustaría que arriesgase todo por vengarla, pero a ese remordimiento y pensamientos de arrepentirse se le unían el recuerdo de la cabeza de su hermana rodando por la plaza, la depresión que vivio al casarse con un hombre al que no quería y las muchas humillaciones que soportó por el simple hecho de ser una mujer. No podía dejar las cosas así, no podía ser feliz sí sabía que un tipo tan despiadado como Lester Taylor estaba vivo y tranquilo, luego de ocasionar algo como aquello.
Por eso es que continuaba con su plan.
Lester la cortejaba y aunque se hacía la difícil la mayor parte del tiempo, trataba de verse siempre atractiva para que el hombre se aferrase a su belleza y no a su actitud. Algo que había conseguido con facilidad, notando como el desagradable ex esposo de su hermana se la comía con la mirada y no disimulaba siquiera.
Lo tenía en la palma de su mano y aunque aquello era bueno para su plan no podía evitar sentir asco de sí misma, aun más cuando notaba a Damian entristecido por sus acciones, suficientemente enamorado de su terquedad para siquiera reclamarle.
Se sentía egoísta, totalmente egoísta, por no permitirle a su amado Dan ser libre, liberarse de ella y de el dolor que conllevaba amarla.
Por eso, una noche mientras la abrazaba para permitirle dormir tranquila, decidió poner sus cartas sobre la mesa y decirle a Damian su sentir y quizás también permitirle a éste decir lo que él mismo sentía.
— Damian...
— ¿Mm?
— ¿Tú...? ¿Tú quieres estar conmigo de verdad?
— Claro que quiero, señorita — sintió como acariciaba sus cabellos con esa suavidad calidad que sólo él portaba.
— Aun si... yo no puedo estar contigo.
— Sí — continuó acariciando, tan tranquilo y lleno de paz —. Desde un principio supe que no podíamos estar juntos, y aun así me enamoré de usted, señorita.
— Amarme... ¿amarme te duele?
Damian se mantuvo en silencio por un tiempo, mientras Daisy sentía su ansiedad crecer debido al tiempo que le estaba tomando al más joven darle una respuesta a su cuestionamiento. Imaginando lo peor y sintiéndose desagradable por obligarlo a sufrir por su amor, ignorando su propio sufrir.
Antes de continuar atormentandose a sí misma, el menor decidió responder finalmente a su pregunta.
— Mentiría si le dijera que no, señorita — con su voz suave, destrozó el corazón de la joven enamorada —, pero tampoco es que me importe mucho.
— Damian...
— Hace tiempo discutimos porque dije que prefería sentir todo lo que sentía por usted por alguien más, por alguien con quien sí pudiera estar sin la angustía de ser descubiertos y castigados.
Daisy se aferró a su ropa, tratando de contener el llanto que amenazaba delatar su dolor frente él.
Ella no quería verse débil, mucho menos demostrarle a Damian como se sentía y que este continuara a su lado por lastima, por no hacerla sufrir.
Odiaba esas emociones que obligaban a algunas personas a hacer cosas en contra de su moral y pensamientos.— Pero, después de todo lo que hemos pasado, realmente ya no me importa si es posible o no, tampoco quiero sentir esto por alguien más — confesó finalmente —. Quizás y suene muy masoquista de mi parte, pero agradezco tanto a Dios por haberla encontrado y que... usted me amé tanto como yo lo hago, señorita.
— ¿Cómo sabes tú que yo te amo? Nunca lo he dicho en realidad — totalmente confundida, elevó su cabeza, apoyando su mentón en el pecho de su amado, mirando directamente esos ojos claros, brillando como un cielo estrellado.
— No es necesario oírlo, yo puedo sentirlo — le sonrió con dulzura —. Es raro, pero siempre he sentido que usted es una persona de acciones y no de palabras.
— ¿Ah sí?
— Sí. Sus acciones delatan sus sentimientos, aun si sus palabras no pueden expresarlos, señorita — se alzó de hombros —. En estos momentos, es muy sencillo para mí saber que es lo que siente.
— Entonces dime — quiso retarlo. Se apoyó con sus brazos, elevando su cuerpo, sentandose de piernas cruzadas sobre el colchón —, ¿qué siento ahora mismo?
— Mm — Damian rio, entendiendo el juego de la mayor —. Creo que ahora esta preocupada, le preocupa que me lastimen por estar a su lado.
Fue sorprendente para ella oír aquello, no esperaba que Damian supiera su temor o que siquiera esperase que ella se sintiera de esa forma. Nadie esperaba nada de ella, mucho menos ese sentimiento de temor. Nadie esperaba que se preocupara por alguien que no sea ella misma, tachandola de egoísta, ella haciéndolo también, autocriticando sus actitudes.
— ¿No crees...? ¿No crees que es egoísta de mi parte tenerte aquí aun sabiendo que no me quedaré a tu lado y arriesgando tu vida? — preguntó con evidente tristeza y decepción. Decepción de sí misma por sus acciones hacia el chico que tanto le ha amado.
— Honestamente — empezó Damian —, no siento eso, tampoco me esta obligando y yo siempre he aceptado todo por estar a su lado. No estoy egañado y sé que es probable que no estemos juntos por más tiempo, pero...
Daisy no lo soportó más y se lanzó sobre él para abrazarlo con fuerza.
Era extraño como las palabras de Damian endulzaban su alma y la hacían sentir feliz, plena y tranquila, pintando su mundo gris de colores, encendiendo la llamada de la esperanza en su pecho apagado y oscuro. Reavivando las mariposas en su barriga, dandole más vida que nunca.
Amaba la forma en la que Damian la hacía sentir.
— Tengo miedo — susurró. Únicamente se sentía cómoda con él, demostrando su verdadero ser frente a su amante —. Tengo miedo de que vayas a odiar en quien me voy convertir después de casarme con Lester.
Él se rió, entre triste y enternecido, amando la confianza que la mayor le brindaba, odiando aun así, el hecho de pensar que se casaría con otro.
— Hay una sola cosa de la que estoy seguro y siempre voy a estarlo, señorita — susurró en su oído, acariciando su espaldapara tranquilizar a su chica preocupada —. Yo voy a amar cada una de sus facetas, no importa cuanto tiempo pase, usted siempre será la mujer que yo amo.
— Ahora no sé como decirlo, Damian— confesó Daisy —, pero te prometo que te lo diré. Te diré eso que tanto mereces escuchar, eso que siento por ti.
— No hay prisa, lo sé bien de todos modos — le sonrió brillante y tierno, tan hermoso que sólo causo un alteo intenso en aquellas inquietas mariposas que no abandonaban su barriga.
«Te amo»
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Butterfly Garden ²
Romance"El día en el que todas las mariposas se fueron del jardín, y volaron libres en busca de un nuevo horizonte, en busca de su propia felicidad" •En proceso •Primera Parte: Butterfly •Inciada: 26 de octubre del 2024 •Terminada: ...