Butterfly Garden ²

Capítulo 9

Con el pasar del tiempo, la terquedad de Lester York por desposar a Daisy York superó los limites, llegando al dichoso día en el que le proponía matrimonio a la joven de veinte años y esta a regaña dientes aceptaba por presión de básicamente toda el pueblo.

Lester para asegurar aquella respuesta, decidió hacerla en la plaza, rodeada de tiendas y restaurantes, con la mayor parte de la villa observándolos, asegurando que aquel compromiso era una tregua para olvidar la fatídica muerte de su primera esposa, siendo esta hermana de su nueva conquista.

Damian sabía desde su lugar en el público que aquella propuesta había sido desagradable para Daisy en todos los sentidos. Primeramente, Lester había escogido cinicamente el lugar en donde se llevo a cabo la ejecución de la propia hermana de la joven, para después decir las palabras más hipócritas antes escuchadas y hablar como si Agnes hubiera sido nadie y su muerte no significara absolutamente nada.

Irónicamente el ambiente aquel día se percibía acido, como si el universo mismo estuviese en desacuerdo con lo que estaba ocurriendo aquel día. Y la expresión de Daisy delataba que ella tampoco estaba muy contenta, su rostro delataba repudio hacia el cínico hombre que tenía en frente.

Era tan transparente para él, que Damian aveces se asustaba de lo mucho que podía deducir con sólo mirar las expresiones de la mayor.

— Por eso, declaró que tomaré en matrimonio a la hija menor de la familia York, el día cinco del primer mes de primavera — finalizó el discurso con evidente entusiasmo.

Fue sorprendente para mucho su repentina decisión y el que él haya sido el único en atraverse a desposar a esa joven rebelde.
Mientras que para los York era un total alivio que por fin había podido obtener un acuerdo nupcial para Daisy, misma que tantas complicaciones les había dado a todos.

Sentía como si hubieran sido liberados de una carga y se notaba, Damian lo sabía.

— Supongo que mi trabajo ha finalizado — le dijo a Benjamin en voz baja, casi susurrando.

— Supones bien, cuando mi hija se case, tu trabajo como su cuidador habrá terminado, finalmente. ¿No te sientes liberado?

Damian rio falsamente, ocultando el pesar que había en su interior por aquellos acontecimientos. Realmente, sentía más peso en su interior después de la propuesta, con el temor de no volver a ver a su amada Daisy jamás.

Después de aquello, partieron hacia la enorme mansión de los York, mismo lugar en el que todos parecían celebrar por la reciente noticia.

Daisy y él eran los únicos que no parecían morir de alegría por aquello, naturalmente por sus circunstancias.

— ¿En serio vas a casarte con él? — preguntó Levi a su hermana menor, quien se mantenía en silencio en una esquina del salón, siendo resguardada por Damian de pie detrás de ella.

— Es una pregunta muy tonta, ¿no crees? — la menor le miró con evidente frustración — ¿Este festejo no es suficiente respuesta para ti?

— Nunca creí que terminarías casada con ese bastardo — dijo sentándose a su lado —. Menos después de él — señaló con su cabeza a Damian, quien se mantenía serio, ocultando sus emociones frente a la familia York.

— Ese bastardo ha sido el único idiota que decidió quedarse después de todo lo que hice para alejarlo. Es obvio que es un imbécil sin cerebro.

Levi se rio con buen humor, buscando alegrar un poco a su hermanita, siendo esto lo único que podía hacer por ella en ese entonces.

— Si decides escapar de la boda, avísame para ayudarte — le dijo mirando al resto de su familia festejando, mientras su padre, sentado en su sofá, reía alegre.

— De hecho, necesito que consigas algo para mí — susurró, con el ceño fruncido, fingiendo que estaba totalmente enojada con su hermano.

— ¿Que necesitas?

— Necesito que consigas un frasco de sangre de cordero y me lo des antes de la boda — pidió sin pelos en la lengua.

Levi y Damian abrieron sus ojos exageradamente, por lo alocada que era aquella petición, siendo totalmente extraña y perturbadora en partes iguales.

— ¿Para que lo necesitas?

— Ese será mi regalo de bodas, Levi — dijo finalmente —, no necesitas saber que haré con el, es de mala educación preguntar eso.

— Ya decía yo que estabas muy tranquila con esto de la boda — miró a Damian, este sólo se alzó de hombros sin comprender nada —. ¿Te irás con él?

— Primero debe terminar de estudiar — contó parte de su pequeño plan —, mientras eso sucede, intentaré no ser asesinada por ese loco.

— ¿Y después? — él la miró con tristeza.

— Damian y yo desapareceremos del mapa — finalizó —. Así que de una vez te agradezco por ayudarme todo este tiempo, Agnes estaría muy orgullosa de quien eres.

Los ojos color avellana del mayor se aguaron después de escuchar aquello, ignorando si esa nostalgia era porque su melliza había sido mencionada o porque su hermanita desaparecería sin dejar rastro en algún momento.
Aun así, le sonrió y contuvo las ganas que sentía de abrazarla, sabiendo que aun debía fingir que estaban peleados frente a los demás.

— Conseguiré la sangre de cordero — aseguró —. Y espero te vaya bien junto a él, es un buen chico.

— Lo sé — susurró ella, sólo para que su hermano escuchase.

Levi se levantó de su lugar, dirigiéndose al resto de su familia, fingiendo estar celebrando como ellos la proxima partida de Daisy, sintiendose únicamente orgulloso y feliz porque su hermana buscase un futuro diferente, a diferencia de él, que se resigno a vivir como debía hacerlo por portar aquel apellido.

— ¿En serio nos iremos? — preguntó un ilusionado Damian.

— Sí. Decidí que no pienso vivir bajo las reglas de nadie y... forjaré mi propio futuro — se alzó de hombros —. Es tu decisión seguirme o no hacerlo.

— Claro que lo haré, es lo que más deseo — sonrió él, completamente feliz.

— Cuando nos vayamos, cambiaré mi apellido a Archer y el apellido York se quedará en villa primavera como el resto de esta gente — dijo —. No quiero tener relación alguna con ellos nunca más.

— ¿Ni siquiera con su madre?

— El único en esta familia que no merece que lo olvide es Levi — confesó mirando a su hermano fingir ser feliz por su compromiso —. Es al única que voy a extrañar.

Damian asintió con un tarareo, viendo como el mayor bailaba con sus hermanos y fingía sentimientos sólo para mantener a salvo a su hermana menor. La gratitud hacia él no era únicamente sentida por la joven sino que también por él mismo, siendo Levi el único en apoyar su relación y ayudarlos a permancer juntos aún si eso arriesgaba su propia vida o confianza ante su padre.

Él era la prueba exacta de que no todos los hombres eran malos del todo...

— Espero e impongas mucho esfuerzo en clases, Dan — dijo Daisy, elevando su mirada hacia él —. Tu no dejaras villa primavera sin haberte graduado del colegio.

— Seré el mejor de mi clase, señorita. Lo prometo.