Angustia...

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Black Timber:

Llegué con Steelo a casa de Beast en cuanto despedimos a los hermanos que volvieron a sus países. Los demás decidieron quedarse algunas semanas más hasta que por lo menos se supiera algo de las alimañas.

      Incluso las chicas estaban ya con sus hombres.

      Guardamos las motos en la edificación que servía como garaje y nos encaminamos a la casa cruzando impresiones de lo ocurrido. Quizá es porque yo había criado a Steelo, quizá es que fuera su forma de enfocar las cosas, pero sus estrategias solían ser similares a las mías.

      Y en esas estábamos cuando abrimos la puerta de gran dormitorio principal.

      Beast tenía los ojos abiertos, aunque yo sabía que estaba completamente dormido... A mí me pasa lo mismo. Ya no sé si sea casualidad o que realmente me estoy volviendo loco, pero este chico parece un Hills... Pero, ¿qué coño?

      Noah se había destapado al cambiar de postura. Sentí la sangre arder en las venas cuando vi algunas marcas diseminadas.

      Steelo, que los miraba con fijeza, se encaminó hacia la cama y acabó de destaparla.

      Joder... Lo voy a matar.

— Se le ha pasado la puta mano— murmuré cabreado como el infierno—. Esto tiene pinta de haber sido sadomaso. Y si le ha dejado marcas es que este cabrón ya es más bruto que yo... Y yo soy un jodido animal.

— Ahora no solucionaremos gran cosa, Timber— habló Steelo mientras se desnudaba—. Vamos a dormir, aunque sea un par de horas y luego hablamos con él. Los niños se despertarán en unas horas y ya no pararán hasta la noche.

      Nada más acostarse Steelo, Noah se giró y lo abrazó. Lo reconocía por el olor.


      Horas más tarde yo seguía sin poder dormir. Beast se levantó y se metió en el baño, poco después se despertaba Noah. Le dio un suave beso a Steelo que murmuró un te quiero, nena, en respuesta. Por entre mis pestañas la vi acercarse y besarme.

— Te quiero, amor— dijo y se bajó de la cama con una mueca de dolor presionando su costado.

— Buenos días, bella— oí a Beast saludarla.

— Por Dios, cariño, dime que tienes algo para estos dolores.

— Claro que sí, espera— Vi como salía mojado al botiquín y agarraba unas pastillas. Luego volvieron a la ducha— El agua caliente te ayudará a relajar los músculos, solo son agujetas.

      Me levanté de la cama para verla abrazarlo y besarlo. Él frotó su polla con ella.

— Hoy te conviene mantenerla dentro de los pantalones, chaval— le advertí desde el marco de la puerta. Noah me dedicó esa preciosa sonrisa con la que conseguía hechizarme. Él me miró expectante, como si pensara que fuese a atacarlo—. Se te fue la mano anoche, ¿verdad? ¿Sadomaso y Bondage? — Él asintió manteniendo mi mirada—. ¿Asfixia erótica? — Volvió a asentir—. Te lo voy a decir y por tu bien espero que solo sea una vez... No quiero ni una jodida marca en el cuerpo de mi mujer. Si no sabes controlarte no jugarás de ese modo con ella.

— Ella no se quejó— se defendió y me dieron ganas de partirle esa cara que tenía.

— Y, ¿cómo pollas iba a hacerlo? Si estabas utilizando la asfixia erótica con ella, estaría seguramente al borde del desmayo... Nena, ¿de verdad que te gustó?

— Fue muy intenso, nene— dijo ella mientras Beast acababa de bañarla.

      Puse los ojos en blanco y me di la vuelta. Me saqué la polla y meé delante de ellos dos. El alfa acababa de dejar las putas cosas claras.

Y comenzó con un beso +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora