¡Por las Damas!

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Jack:

Oí cómo el chupapollas de Steelo decía algo mientras observaba la tierra que había levantado el taxi en el que acababa de marchar Noah.

     Subí en mi ripper y me largué de la casa-cuartel. Llegué horas después bien cargado de botellas de alcohol. Hacía ya mucho que había dejado de beber, pero me daba igual porque la que yo consideraba mi dama acababa de dejarme.

     Me refugié en el sótano donde teníamos la barra y una zona recreativa.

     Para cuando se me unieron los demás yo ya llevaba una borrachera de campeonato.



Black Bear:

     Llegamos al sótano en donde el vicepresidente de los Devils, con el micrófono en una mano cantaba a la botella que llevaba en la otra una canción de Johnny Cash que salía de aquel puto karaoke.

     Este chico, desde luego, hacía muchas cosas que en ocasiones me recordaba el comportamiento de mi propio presidente. No me extrañaría que fuera uno de los muchos hijos que probablemente tendrá regados por ahí.

     En nuestro mundo solemos conocernos los unos a los otros, sobre todo, cuando se trata de nuestros aliados. De aquel muchacho, sin embargo, no sabíamos apenas nada, que era el vicepresidente de Dog y poco más.

     Las damas Devils evitaron que sus hombres se unieran a nuestra triste celebración, así que Dog y yo estuvimos pendientes para que las cosas no se desmadran.

     Pero... como siempre pasa, comenzamos brindando por los clubes y acabamos llorando por las mujeres.


— ¿No sé de qué te quejas tú, chaval? — Le espetó un borracho Timber a Steelo, mientras escuchábamos a Beast cantar aquello de: If I were a boy...—. Tú lo has dicho, muchacho— increpó enfadado al vicepresidente de Dog—. Si fueras un chico no estaríamos aquí como putas plañideras.

     ¿Había dicho ya que Beast Roberts me recordaba en ocasiones a mi propio presidente?

     Pues, ésta fue la prueba más fehaciente que pude encontrar. Timber se levantó enfadado a tiempo que Beast le plantaba cara. Pero estaban tan borrachos, que, en lugar de pegarse puñetazos entre ellos chocaron cabeza contra cabeza al perder, ambos, el equilibrio al mismo tiempo... Jodidamente patético.

     Sep... Definitivamente parecían padre e hijo.

     Tras aquel patético intento de guerra entre dos clubs simpatizantes, los dos tomaron asiento... Más bien estrellaron sendas posaderas contra las sillas y con la música de fondo el jefe Timber continuó con lo que trataba de decirle a Steelo antes de aquel épico "If I were a boy" de Beast.

— Por lo menos a ti te ha hecho padre... Yo encuentro al maldito amor de mi vida y no puedo darle hijos— se quejó con amargura.

     Si algo he aprendido en estos años que llevo siendo miembro de los Bombers, es que hay que estar lo más sobrio posible cuando el jefe se emborracha. Normalmente suele dar espectáculos bastante divertidos. Y como siempre en esta ocasión no nos iba a defraudar.

     Las miradas recayeron en Steelo que también le suele andar a la zaga en cuanto a metidas de patas se refiere.

— Timber, vuelvo y te repito que los dos la follábamos sin condones... Aunque me importa una jodida mierda, esos niños pueden ser de cualquiera de los dos— Beast dio un paso al frente para golpearlo, pero Dog lo contuvo con delicadeza paterna.

     Joder, creo que empiezo a entender lo que pasa aquí...

— ¿Ha tenido una niña? — Replicó como si fuera un gran entendido en la materia—. Porque, ¡YO NO PUEDO TENER HIJAS!

Y comenzó con un beso +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora