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- No me siento cómodo dejándote aquí aunque sea tú familia -

El Omega desabrochó su cinturón - Estaré bien -

- Mejor te espero -

- Y que vas hacer aquí afuera ? -

- Fumar, jugar con la consola -

- Vete a casa y te mando mensaje para que vengas por mí -

- Me siento ansioso -

- Es mi mamá, no va asesinarme - Rodó los ojos

- Hay muchas maneras de lastimar y no siempre es físico -

Pedro Pablo lo miró detenidamente y le sonrió.

- Estás siendo paranoico -

- Eres mi Omega, estás teniendo a mi revoltosa hija .. discúlpame por preocuparme - Resopló

- Pensé que era tu amada Beep -

- No cuando me despierta a las tres de la mañana por unas putas uvas -

- Pero la amas -

- Más que a mi vida pero aún sigo creyendo que es revoltosa, se parece a ti -

- Como sea - Le dió una rápida mirada - No te vas a ir ? -

- No -

- Entonces entra conmigo, sería raro que estés afuera, no es lo correcto - Abrió la puerta de la camioneta para cerrarla suavemente.

Bosco suspiró y no hizo el intento de moverse solo saco su Vape y se puso a fumar.

- Me vas acompañar? - Murmuró

- No -

Rodó los ojos - Bien -

Empezó a caminar sin embargo escucho cuándo abrió y cerró la puerta de la camioneta así como también los pasos rápidos para alcanzarlo.

- Dijiste que no me ibas acompañar - Le sonrió grande

Bosco lo abrazó y beso su sien de forma prolongada.

- No seré amable si ellos no son amables contigo, te lo digo de una vez - Lo soltó

Tocaron la puerta y quién abrió fue Salomón mirando bastante sorprendido a su hermano y con una mirada resentida a Bosco.

- Pero si ya llegó Perséfone y Hades -

Sonrió con arrogancia - Gracias por decir que soy un Dios, ahora plebeyo quítate de la puerta para que mi amado pueda pasar -

Los ojos de Salomón se dilataron debido a la molestia que sentía por el comentario del Alfa.

- Tú empezaste - Regaño Pepa

- Y no se puede quedar callado? -

- Hasta parece que no lo conoces, dónde está mamá ? - Empujó a Salomón para pasar.

Bosco se sentó en la sala, tomando su celular para empezar a perder el tiempo e ignorando las malas miradas de Lupita y Salomón. Pedro Pablo se adentro hasta llegar a la habitación de su madre abriendo la puerta de golpe, Mireya estaba de pie buscando ropa, al ver a Pepa sonrió y se acercó para abrazarlo.

- Hola cariño - Había emoción en su voz - Tú bebé está más grande, cómo estás ? Porque no me habías visitado? Cómo va la universidad? - jugo con su cabello y notó la mirada de molestia que le estaba dando - Ya lo sabes - Suspiró

- Porqué? Dame una buena razón -

- Salomón, me lo pidió como un favor especial -

Algo en el interior de Pedro Pablo se rompió - Eso es más importante que mis sentimientos? -

Tres mil millones de latidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora