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Pedro Pablo despertó abriendo los ojos de manera lenta tratando de enfocar a su alrededor, Bosco estaba sentado en el sofá mirando "Valiente" en la televisión de la habitación al mismo tiempo que relataba cada acontecimiento que iba sucediendo en la pantalla, fue entonces cuando su corazón empezó a latir emocionado al notar el pequeño bulto envuelto en mantas que sostenía de manera firme y a quien Bosco no paraba de sonreírle.

- Dámela - Extendió sus brazos bastante desesperado y ansioso.

Bosco se puso de pie y lo ayudo a acomodarse en una mejor posición para después entregarle a Beep, Pepa estaba extasiado de tan solo mirarla, ni siquiera era capaz de describir el sentimiento que lo invadía.

- Como te sientes ? - Preguntó examinando su rostro

- Como si me hubiera ido a la guerra y me hubieran fusilado - Ambos sonrieron por ese comentario - Es difícil de decirlo, físicamente estoy agotado .. emocionalmente.. me siento feliz pero en el fondo también lo acompaña un sentimiento de tristeza -

Se sentó en la orilla de la cama - Intenta descansar un poco más -

- No puedo hacerlo .. necesito estar en casa con Beep, me siento tenso de estar en un lugar desconocido.. no quiero que le pase nada.. siento un miedo irracional - Hizo un puchero.

- Completamente entendible, estábamos en un funeral y ahora estamos en el hospital por supuesto que te vas a sentir alerta, ansioso después de todo eres su mamá, La doctora pasará más tarde y si todo está en orden, entonces nos iremos a casa -

- Les has avisado a nuestras familias ? - Pedro Pablo le dió un suave beso en la frente a Beep

- Lo saben, tú mamá debe estar afuera al igual que todos pero no han pasado a verte porque te quieren dar tú espacio además de que estabas en otro mundo, creó que incluso babeaste la almohada - Sonrió en burla

- Eres un imbécil, acabo de parir a tu hija y así me tratas - Entrecerró los ojos sonriendo.

- Y por esa razón te amo mucho más que ayer - Le tiró un beso.

Pedro Pablo lo meditó un poco, se sentía sumamente aprensibo con Beep, la idea de tener personas a su alrededor le generaba mucho conflicto emocional, sabía que los miembros de sus familias jamas pensarían en lastimarla sin embargo le era muy difícil luchar contra ese pensamiento o mejor dicho ese sentimiento.

- Que piensas tú?-

- No me gusta la idea de nadie cerca de ustedes.. quiero arrancarles la cabeza  - Se acercó y le dió un corto beso al mismo tiempo que ambos le daban mimos a Beep - Pero es tu decisión -

- No quiero, pero ... - Tomó un respiró - Ya hemos perdido a un Roble y sería injusto que no conocieran a Beep -

- No tienes que obligarte hacerlo -

- Quizás voy a llorar por la ansiedad que sentiré pero quiero darles está alegría en medio de tanta tristeza -

- Eres la persona más maravillosa que conozco, tú fortaleza y la capacidad que tienes para dar más allá es algo hermoso como tú .. no sólo te amo, también te admiro mucho -

- Te amo mucho Bos - Le sonrió y después miró a Beep - Tú mamá si sabe elegir Alfa -

Bosco soltó una pequeña risa. A los pocos minutos los Roble y Villa de Cortés pasaron a la habitación para conocer a la pequeña Beep, Mireya y Esteban fueron los únicos que tuvieron la oportunidad de cargarla, cada uno le había dedicado palabras llenas de amor y deseos de una vida plena. Para Pedro Pablo fue muy difícil ver a Beep en brazos de ellos a pesar de ser sus abuelos y estar consiente que jamás le harían daño, haberla soltando tan rápido le dolía, Bosco tomó su mano mientras que sus pupilas se dilataban estando completamente alerta, ninguno se sentía ofendido ante esa acción tan a la defensiva, cada uno de ellos era capaz de comprender lo difícil que era para ellos siendo padres primerizos y al mismo tiempo se sentían agradecidos por la oportunidad que les estaban dando para conocerla.

Tres mil millones de latidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora