La búsqueda de la verdad los había llevado a lugares oscuros, pero ni Haein ni Yeonjun estaban preparados para las revelaciones que vendrían. Mientras seguían las pistas para encontrar a Park Jisoo, en la otra cara de la moneda, Minho, quien cada vez estaba más consciente del peso de su apellido, comenzaba a entrelazar su destino con el de Haein, aunque de una manera que ella no podría prever.
Días después de su encuentro con Sangho, Haein y Yeonjun se encontraban en un pequeño apartamento en las afueras de la ciudad. El lugar pertenecía al contacto que, según Sangho, podría saber algo más sobre Park Jisoo. El ambiente era pesado, y la tensión crecía mientras esperaban que el hombre llegara.
—No puedo evitar sentir que estamos siendo observados —murmuró Haein, mirando por la ventana hacia las calles vacías.
Yeonjun asintió, compartiendo su inquietud.
—Estamos entrando en un territorio peligroso. Esta red de corrupción tiene ojos en todas partes. Necesitamos ser cuidadosos. No me sorprendería si ya saben que estamos buscando a Park.
La puerta del apartamento se abrió con un chirrido, y un hombre de complexión robusta entró, con el rostro endurecido por la desconfianza. Era el contacto de Sangho, y aunque sus ojos revelaban cautela, había algo en su mirada que indicaba que no tenía mucho que perder.
—¿Quiénes son y qué quieren de mí? —preguntó con brusquedad, cerrando la puerta tras de sí.
Haein dio un paso adelante, mostrando su identificación.
—Soy la fiscal Kang Haein, y él es el sargento Choi Yeonjun. Estamos buscando a Park Jisoo. Sabemos que usted tiene información sobre él.
El hombre los observó en silencio por un momento antes de hablar.
—Park... pensé que nunca volvería a oír ese nombre —dijo, dejándose caer en una silla desgastada. —Él desapareció hace años, y nadie más lo ha visto desde entonces. ¿Por qué lo buscan?
—Creemos que Park Jisoo tiene información crucial sobre una red de corrupción que involucra a altos funcionarios y policías corruptos —explicó Yeonjun, su voz firme. —Si está vivo, necesitamos encontrarlo antes de que alguien más lo haga.
El hombre se rascó la barba, claramente pensativo.
—Sé algunas cosas sobre su paradero, pero no puedo decir que será fácil. Park se ha estado escondiendo durante mucho tiempo. Si todavía está vivo, será porque ha sido muy cuidadoso. Pero —dijo, inclinándose hacia adelante— hay un rumor. Dicen que hace unos meses alguien lo vio en una pequeña aldea costera al sur. No tengo detalles, pero es un lugar lo suficientemente remoto como para que pueda haber encontrado refugio.
Haein y Yeonjun intercambiaron una mirada. Aunque la pista era débil, era lo más cerca que habían estado de encontrar a Park Jisoo.
—Díganos cómo llegar a esa aldea —pidió Haein, con la determinación visible en sus ojos.
El hombre les dio las indicaciones y un contacto local que podría confirmar si Park aún estaba allí. Antes de irse, advirtió:
—Si están decididos a seguir adelante, tengan cuidado. Las personas que buscan a Park no son del tipo que deja cabos sueltos. Y si él está vivo, es porque sabe algo que los pone nerviosos.
Mientras tanto, Minho, en su propio viaje personal, había comenzado a investigar más sobre el pasado de su padre. Cada vez que encontraba una conexión entre Kang Jihoon y su familia, una mezcla de emociones lo invadía: miedo, admiración y una creciente ambición por proteger el legado que su padre había construido. Pero había algo más, una voz en su interior que le decía que debía controlar la situación, que debía asegurarse de que Haein no descubriera la verdad, porque esa verdad podría destruir no solo a su familia, sino también a ella.
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Between wounds and needles - Choi Yeonjun.
ActionChoi Yeonjun, un sargento con una reputación de seriedad y frialdad, se encuentra con la nueva fiscal, Kang Haein, en la Unidad de Víctimas Especiales. Desde su primer encuentro, sus personalidades chocan: mientras Yeonjun se muestra distante y rese...