27- Un caso sin cerrar.

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Yeonjun se acercó a la mesa con los ojos fijos en Minho, la mandíbula apretada y una expresión que Haein rara vez le había visto. En ese instante, parecía una tormenta contenida, a punto de estallar. Sin decir una palabra, miró a Minho con una mezcla de desafío y desdén.

—¿Qué haces aquí? —le espetó Yeonjun, sus palabras en un tono bajo, pero lleno de amenaza.

Minho lo miró, en un intento de mantener la compostura, pero algo en la actitud de Yeonjun hizo que su propio orgullo se encendiera.

—No creo que sea asunto tuyo, Choi Yeonjun —replicó, inclinándose ligeramente hacia adelante—. Solo estoy hablando con Haein.

Yeonjun apretó los puños y soltó una risa sarcástica.

—¿Hablando? ¿Después de lo que le hiciste? —su tono estaba lleno de desprecio, y las palabras parecían cargar toda la rabia que había estado acumulando desde que conocía el peligro que Minho representaba para Haein.

Minho sintió cómo la frustración lo dominaba. Había venido para hablar con Haein, para arreglar las cosas, no para enfrentarse a un novio celoso.

—No es asunto tuyo, Choi. Esto es entre Haein y yo —respondió, su voz comenzando a elevarse.

—¡Te atreves a decir que no es mi asunto después de casi matarla! —Yeonjun lo empujó, el enojo reflejado en sus ojos—. ¿Acaso crees que tienes algún derecho a acercarte a ella?

—Lo que pasó fue un error, ¡y no es tu lugar venir a juzgarme! —gritó Minho, empujándolo de vuelta, ahora con los dientes apretados—. No eres el único que se preocupa por ella.

Haein intentó intervenir, poniéndose entre ellos, pero los dos estaban demasiado concentrados en su enfrentamiento.

—¿Preocupación? ¡Ni siquiera sabes el significado de esa palabra! —exclamó Yeonjun, su voz cargada de furia—. Aléjate de ella de una vez. No quiero verte en su vida, ni ahora ni nunca.

—¿Sabes qué, sargento? Siempre has sido un problema, un obstáculo que se cree héroe. Pero en realidad, solo eres un policía mediocre que se cree mejor de lo que es —dijo Minho, su tono sarcástico encendiendo aún más la chispa.

Antes de que Haein pudiera detenerlo, Yeonjun ya había lanzado un golpe directo al rostro de Minho. El impacto resonó en el pequeño café, y algunos clientes soltaron exclamaciones de sorpresa mientras los dos hombres se enredaban en una pelea intensa. Minho no se quedó atrás y respondió con otro golpe, esta vez alcanzando la mandíbula de Yeonjun. Ambos intercambiaron golpes, sus gritos y puños reflejando la ira que sentían el uno hacia el otro.

—¡Basta! —gritó Haein, tratando de separarlos, pero era inútil.

—¡Fuera de aquí! —la dueña del café, una señora de edad avanzada, se acercó con expresión furiosa—. ¡No permitiré que conviertan mi café en un ring de boxeo! ¡Salgan antes de que llame a la policía!

A pesar de la advertencia, los dos continuaron forcejeando, hasta que Haein, con un tono autoritario y firme, finalmente los detuvo.

—¡Yeonjun, Minho, ya basta! —exclamó, su voz llena de desesperación y enojo—. Esto no va a resolver nada. ¡Ambos, fuera!

La señora del café asintió, su ceño fruncido mientras señalaba la puerta. Yeonjun y Minho, ahora jadeando y con la ropa arrugada, intercambiaron una última mirada de odio antes de separarse.

—No quiero volver a verte cerca de ella —murmuró Yeonjun, su voz gélida, antes de salir del café sin mirar atrás.

Minho lo observó marcharse, sintiéndose herido y humillado, pero también con una determinación renovada. Había intentado encontrar la redención, pero ahora entendía que este conflicto estaba lejos de acabar.

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⏰ Última actualización: 3 hours ago ⏰

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Between wounds and needles - Choi Yeonjun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora