26- Rompiendo reglas.

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Era una mañana fría de enero cuando Haein llegó a la casa de su madre, Kang Hyejin. El camino estaba cubierto de escarcha, y el aire tenía esa quietud característica de los días invernales. Su madre la recibió con una sonrisa y un abrazo cálido, como siempre lo hacía, aunque esta vez percibió una cierta tensión en el rostro de Haein.

—¿Estás bien, cariño? —preguntó Hyejin, con ese instinto maternal de intuir que algo importante estaba en la mente de su hija.

Haein asintió, entrando a la casa con las manos en los bolsillos del abrigo. Después de un momento, se sentaron en la mesa de la cocina, y mientras Hyejin preparaba té, Haein respiró hondo y decidió comenzar.

—Mamá, necesito hablar sobre algo... algo importante —dijo, mirando sus manos entrelazadas sobre la mesa—. Es sobre papá.

La expresión de Hyejin se tornó más seria, y sus manos temblaron un poco al dejar la tetera en la mesa. Sabía que Haein no hablaría del tema sin una razón de peso.

—¿Por qué, Haein? —preguntó en voz baja, intentando ocultar la intranquilidad que sentía—. Ha pasado tanto tiempo...

—Lo sé. Pero ahora estoy trabajando en un caso que podría estar relacionado con... él. Con su muerte.

La tensión en el aire era palpable. Hyejin se llevó una mano al pecho, como si sus pensamientos la hubieran llevado de golpe a aquel doloroso pasado. Finalmente, tras unos segundos de silencio, Hyejin habló.

—¿Esto... tiene que ver con Kim Sung-joon? —preguntó en un susurro.

Haein asintió despacio, observando la expresión de su madre y esperando alguna reacción que confirmara sus sospechas.

—Mamá, sé que no hablas mucho sobre eso. Pero... ¿hay algo más que yo debería saber? ¿Papá tenía alguna pista? ¿Guardaba archivos sobre él?

Hyejin miró a su hija con una mezcla de dolor y resignación. Tras un largo suspiro, se levantó y caminó hacia un estante del cuarto de almacenamiento, sacando una caja de metal que tenía polvo en la tapa. La colocó en la mesa y miró a Haein.

—Esto es todo lo que quedó. Algunos documentos, notas y cosas que él guardaba... Nunca pude abrirla después de que se fue. Quizás ahora tú puedas encontrar lo que buscas.

Haein abrió la caja con manos temblorosas, observando papeles, recortes y algunos apuntes a mano de su padre. Entre las notas, encontró menciones de nombres desconocidos y varios detalles sobre Kim Sung-joon y su red de contactos. Su padre había comenzado a armar un caso en secreto, trazando conexiones que probablemente habrían puesto en peligro a personas poderosas.

A medida que Haein revisaba los papeles, la determinación en su rostro creció. Sabía que estas notas podrían ayudarla a unir cabos y llevar a Kim Sung-joon a la justicia. Pero también comprendía el riesgo al que se enfrentaba.

—No te detendrás, ¿verdad? —dijo Hyejin con una leve tristeza en la voz, comprendiendo lo que esa mirada en los ojos de su hija significaba.

Haein negó con la cabeza, cubriendo la mano de su madre con la suya.

—No puedo, mamá. Por él. Por papá.

Ambas se quedaron en silencio, mientras Haein seguía leyendo las palabras que su padre había dejado, sintiendo que cada una de ellas la acercaba un poco más a descubrir la verdad.
    
       
        
                  
                    
Haein pasó la tarde sumergida en los documentos de la caja, observando cada detalle con atención. Las notas de su padre estaban llenas de información críptica: nombres, fechas, y una lista de lugares. Había varias referencias a una empresa de fachada que, según las notas, Kim Sung-joon usaba para lavar dinero. Sin embargo, una anotación en particular atrapó su atención: "Reunión en Seongju - Peligroso. Sung-joon involucrado."

Between wounds and needles - Choi Yeonjun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora