24- Rumores.

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Yurin, siempre observadora y manipuladora, había estado buscando una forma de afectar la reputación de Haein sin levantar sospechas directas. Con su regreso a la Unidad después de su recuperación, Yeonjun y Haein parecían más unidos que nunca, lo cual no pasaba desapercibido para nadie, y mucho menos para Yurin. Con una sonrisa calculada, comenzó a elaborar su próximo movimiento: un rumor que sacudiría a la Unidad.

Todo empezó en un día cualquiera, cuando Yurin se acercó a un grupo de compañeros durante su descanso. Fingiendo naturalidad, lanzó un comentario al aire mientras hojeaba unos archivos.

—¿No han notado que la fiscal Kang se ve diferente? —dijo, con voz apenas perceptible, como si solo estuviera pensando en voz alta.

Uno de los oficiales levantó la mirada, sin saber a qué se refería.

—¿Diferente? ¿Cómo?

Yurin hizo un gesto con la mano, como restando importancia a su propia observación.

—Oh, nada en especial... pero ¿no les parece que últimamente está más... sensible? Y, bueno, la he visto evitar ciertos olores fuertes en la oficina —explicó, mientras miraba de reojo la reacción de los demás, que intercambiaron miradas curiosas.

Sembrada la primera semilla, Yurin dejó que la charla continuara sin ella, disfrutando de cómo la intriga comenzaba a germinar. Con cada día, Yurin fue aprovechando cada momento para añadir pequeños comentarios. Nada lo suficientemente evidente como para levantar sospechas, pero lo suficiente para que, gradualmente, todos empezaran a notar «detalles» en la conducta de Haein que podrían apoyar esa posibilidad.

—¿Sabías que la fiscal ha estado comiendo galletas de jengibre? —comentó en otra ocasión, hablando casualmente con una oficial durante el almuerzo—. Dicen que el jengibre ayuda con las náuseas...

La oficial asintió, y sus ojos se agrandaron un poco. Yurin ocultó su sonrisa satisfecha al ver cómo aquella oficial, llena de curiosidad, le susurraba la información a otra persona al otro lado de la sala.

Con los días, el rumor empezó a tomar fuerza. A Haein le extrañaba la cantidad de miradas curiosas y susurros que escuchaba a su alrededor, pero atribuyó la situación al regreso de Yeonjun, que había sido un evento destacado. Cada vez que pasaba por la sala de descanso, notaba cómo las conversaciones se detenían, aunque no lograba escuchar de qué hablaban.

Una tarde, en un momento de descanso, Yurin se sentó en el escritorio de una oficial que solía ser bastante chismosa. Con una expresión aparentemente de sorpresa y voz baja, dijo:

—¿Te imaginas si realmente fuera cierto? Sería toda una sorpresa para el sargento Choi, ¿no crees?

—¿Entonces crees que...? —susurró la oficial, con una mezcla de emoción y curiosidad.

—Bueno, no lo sé con certeza —respondió Yurin, con un encogimiento de hombros—. Pero me cuesta creer que alguien pueda cambiar tanto de un día para otro sin que haya un motivo de fondo. Además, con todo lo que han pasado, no sería raro que lo mantuvieran en secreto, al menos hasta que todo se calmara.

La oficial asintió, visiblemente convencida, y en menos de una hora, la mitad de la Unidad comentaba en secreto que la fiscal Kang estaba esperando un bebé. Cada vez que Yeonjun y Haein cruzaban miradas, el personal intercambiaba gestos cómplices y sonrisas como si compartieran un secreto. Nadie tenía valor de preguntar directamente, pero eso no evitaba que el rumor tomara vida propia.

La situación llegó al punto en que incluso el jefe de la Unidad parecía inquieto. Aunque no le preguntó a Haein nada directamente, su actitud hacia ella se volvió más protectora y menos exigente en cuanto a horarios y tareas, lo cual confundió a Haein. No comprendía por qué la estaban tratando como si necesitara una consideración especial.

Between wounds and needles - Choi Yeonjun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora