8- ¡Peligro!

8 3 3
                                    

El eco del disparo resonó en sus oídos, y Yeonjun fue el primero en reaccionar. Tomó a Haein por el brazo, tirando de ella hacia un grupo de árboles más espesos que les ofrecían algo de cobertura.

—¡Mantente agachada! —ordenó Yeonjun mientras se posicionaba detrás de un tronco caído, sacando su pistola.

Haein apenas podía procesar lo que acababa de suceder. El miedo era tangible, pero su mente permanecía enfocada. Park Jisoo, jadeando por el esfuerzo y el miedo, se agachó junto a ellos. Los tres se encontraban atrapados en un claro con muy pocas opciones de escape.

—Tenemos que movernos antes de que nos rodeen —dijo Haein, su voz baja pero firme.

—¿Cómo? —preguntó Park, con los ojos desorbitados, mirando alrededor frenéticamente—. Nos están cazando como animales.

Otro disparo rasgó el aire, impactando en la corteza del árbol justo detrás de ellos. El corazón de Haein latía con fuerza en su pecho, pero sabía que necesitaban mantener la calma. Moverse en pánico solo los haría más vulnerables.

Yeonjun miró a su alrededor, su mente funcionando rápido.

—El terreno se eleva hacia el oeste. Si llegamos a las colinas, podríamos ganar ventaja. —Su mirada se dirigió hacia Haein y Park—. Pero necesitamos distraerlos. Son más de los que pensé.

Haein asintió, sabiendo que no tenían otra opción. El frío viento del atardecer empezaba a levantar, trayendo consigo un silencio tenso. Los hombres de Kim Sung-joon se acercaban, y con ellos, el peligro de que todo lo que habían trabajado para descubrir se evaporara en un instante.

—Yo puedo hacer la distracción —dijo Haein de repente, su voz determinada. Sabía que Yeonjun la miraría con desaprobación, pero no podían permitirse ser capturados. Ella no era una combatiente, pero conocía la táctica.

Yeonjun frunció el ceño, tal como había anticipado.

—No es tu trabajo ponerte en la línea de fuego, Haein.

—Y tampoco es el tuyo protegerme —replicó ella rápidamente—. Sé lo que estoy haciendo, Yeonjun. Tú te encargas de sacar a Park de aquí. Yo atraeré su atención lo suficiente para que ambos puedan salir.

Yeonjun la miró durante un largo segundo, sus ojos oscuros evaluando la situación. Sabía que la determinación de Haein no era algo que pudiera ignorar. Él quería protegerla, pero más que eso, sabía que el destino de Park Jisoo era su prioridad. Finalmente, asintió, aunque no sin cierta resistencia.

—Tienes dos minutos —dijo Yeonjun, apretando los labios.

Sin perder tiempo, Haein se deslizó hacia un conjunto de matorrales cercanos, su mente trabajando a toda velocidad. Si lograba atraer la atención de los hombres de Kim Sung-joon durante el tiempo suficiente, Yeonjun podría llevar a Park a un lugar seguro. Respiró profundamente, buscando calmar su creciente ansiedad.

Al mismo tiempo, Yeonjun tomó a Park por el brazo, tirando de él hacia el oeste, donde la elevación del terreno les daría una oportunidad de escapar. El aire frío mordía sus caras mientras avanzaban con pasos rápidos pero cautelosos.

Desde su posición, Haein pudo ver las sombras de los hombres moviéndose entre los árboles, acercándose a su ubicación. Con un rápido movimiento, recogió una piedra del suelo y la lanzó con fuerza hacia un arbusto cercano. El ruido de las ramas moviéndose atrajo la atención de los hombres, que inmediatamente comenzaron a moverse hacia allí.

—Vamos, vamos... —murmuró Haein para sí misma, retrocediendo lentamente, manteniendo su distancia.

Mientras tanto, Yeonjun y Park avanzaban por el terreno escarpado, manteniendo la vista fija en la pendiente que se alzaba ante ellos. Park respiraba con dificultad, sus pasos cada vez más lentos por el agotamiento.

Between wounds and needles - Choi Yeonjun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora