17. Te He Deseado Tanto.
Cuando llegamos al apartamento, no pude evitar observarla por el rabillo del ojo. Había algo en su manera de caminar, en la forma en que su cabello caía sobre sus hombros, que me hacía sentir una especie de calma que no había sentido en mucho tiempo. Al abrir la puerta, decidí bromear un poco, sosteniéndola con una reverencia exagerada.
—Después de ti, chef— le dije, tratando de mantener el tono ligero, aunque por dentro me sentía más nervioso de lo que quería admitir.
Bailey soltó una carcajada, ese sonido que siempre lograba aflojar cualquier tensión en mi pecho. Ella entró al departamento y lo miró con curiosidad. No pude evitar pensar que nunca había tenido a alguien como ella aquí. De hecho, este espacio había sido solo mío, un refugio donde guardaba todas mis frustraciones, mis pensamientos oscuros. Pero ahora, con ella aquí, todo se sentía diferente. Como si este lugar, de repente, tuviera una razón para ser algo más que cuatro paredes vacías.
Me quité la chaqueta y la dejé sobre el sofá mientras la observaba moverse por la cocina. Parecía tan cómoda, tan natural, como si ya hubiese estado aquí antes. Me acerqué a ella con una sonrisa.
—Bueno, mi querido asistente— me dijo, en tono juguetón. —Es hora de ponernos manos a la obra.
Me reí con ella y me dispuse a ayudarla. Aunque no lo mencioné, la verdad es que no sabía mucho sobre cocinar. De hecho, la mayoría de las veces sobrevivía a base de comida rápida o platos que apenas requerían esfuerzo. Pero hoy no me importaba. Lo que realmente quería era estar cerca de ella. Mientras ella cortaba los ingredientes y me daba instrucciones, no podía evitar mirarla, notando cómo se mordía el labio cuando se concentraba o cómo sonreía cada vez que nuestras miradas se cruzaban.
Claro, no todo salió perfecto. En un momento derramé parte de la salsa mientras la removía y luego destrocé un tomate al cortarlo. Me esperaba una mirada de reproche o algo por el estilo, pero en lugar de eso, Bailey simplemente se rió y me empujó suavemente con el codo.
—Te dije que te encargarías de lo tedioso, no de lo difícil— bromeó, mientras recogía el desastre.
—Estoy aprendiendo, paciencia— respondí, sonriendo de manera traviesa.
Me sentía diferente, como si el peso que siempre llevaba en los hombros se hubiera aligerado. Era difícil de explicar, pero estar con ella en este espacio tan íntimo me hacía darme cuenta de lo mucho que había cambiado desde la primera vez que la conocí. Desde esa fiesta donde me besó y todo se volvió un caos interno. Tal vez, hasta hoy, no había entendido lo que significaba ese beso. Pero ahora, viéndola moverse en mi cocina, riendo de nuestros errores, me daba cuenta de que lo que sentía por ella era más que un capricho pasajero.
Mientras terminábamos de preparar la comida, algo cambió en el aire. No fue solo el aroma de los boneless o la salsa, sino una sensación de cercanía que me hacía querer acortar la distancia entre nosotros. No lo pensé demasiado; simplemente me dejé llevar por el impulso. Me acerqué a ella, la tomé por la cintura y la atraje suavemente hacia mí.
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DEL AMOR Y DEL MAR || GIOWTTPD
RomanceDespués de estos cinco años de invierno, nadie me va a robar la primavera. - Mario Benedetti. ACLARACIONES: - Los errores ortográficos serán corregidos al finalizar la publicación de la historia. - La historia tiene escenas +18. - Hay algunos suceso...