Capítulo 18

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Enrique fue despedido de la constructora y lo último que supo Carlos de él fue que sus jefes, para no dejarlo en la calle ahora que tenía un bebé enfermo y otro en camino, le consiguieron empleo en una aseguradora. El sueldo no era gran cosa y tendría que estar todo el día tras un cubículo atendiendo asegurados quejumbrosos, pero era eso o nada, y pareció ser que Enrique lo tomó, porque de no hacerlo Viviana lo habría demandado por incumplimiento de manutención.

La mujer, aun bajo las suplicas de Enrique y sus padres, se había divorciado de él y, como acto de buena fe por parte de Tammy, le había contratado al abogado San Araki para representarla.

El hombre fue una bestia en las reuniones y aplastó completamente al abogado de Enrique, el mismo que, incluso al final de la firma, admitió que si alguien le hubiera dicho que quien defendía a la esposa era un Araki, jamás hubiera aceptado representar a Cisneros.

Poco a poco las cosas habían comenzado a pintar un panorama más relajante y sereno. No solo para Tammy, sino también para él.

– En unos días tendremos la junta con los posibles inversionistas – le dijo uno de sus jefes mientras estaban fuera fumando un cigarrillo luego de terminar con la jornada del día.

Él había dejado de fumar cuando Isabel y Avi comenzaron a reprenderlo por lo nocivo que era el cigarrillo, así que solo se quedó con ellos como compañía.

– Habrá que prepararnos bien ¿Estás listo Carlitos? – preguntó su otro jefe.

– Lo estoy, y no tienen que ser condescendientes, ya soy accionista, pueden tratarme normal.

No había tenido el atrevimiento de hablar con ellos sobre eso, pero creyó que ya era el momento de sacar la espina que lo estaba molestando desde que fue contratado.

– ¿Tratarte normal? ¿Cómo que tratarte normal?

– Si, ya saben, no porque Gueller sea mi cuñado ustedes deben darme más trabajos importantes o dejarme participar en decisiones de la constructora, bueno, ahora sí, porque soy accionista, pero antes...

– Espera Carlos – lo interrumpió uno – nosotros jamás te tratamos diferente por ser cuñado de Adam

– Pero si me contrataron por que le debían un favor y casi a las dos semanas de ingresar me pusieron más carga de trabajo, con proyectos importantes.

– Creo que aquí hubo una confusión.

Sus jefes lo estaban viendo completamente incrédulos, como si lo que decía Carlos fuera la cosa más absurda que habían oído jamás.

– Si, le debíamos un favor a Adam y se lo cobró haciendo que te contratáramos, pero hasta ahí llegó el favor

– Nuestra decisión de darte más trabajos y que tomaras decisiones importantes eran porque vimos el enorme potencial que tenías. Maldición, hiciste más en una semana que muchos de nuestros empleados en 6 meses.

– Créenos Carlos, de hecho, las palabras exactas de Adam fueron "una vez contratado nuestra relación queda solo en conocidos de negocios, ya no me deberán nada, lo que haga o deje de hacer Perea en la constructora ya no es problema mío"

Carlos abrió los ojos con sorpresa porque eso, bueno, eso sonaba mucho a algo que Gueller diría.

– No podemos mentirte y decir que no teníamos nuestras dudas, pero siendo un recomendado de Adam y con las buenas referencias que tenías de tu antiguo trabajo, decidimos poner altas expectativas en ti

– Y las cumpliste todas.

– Entonces, cuando me pedían ir con ustedes a las juntas y que les ayudara en los diseños simples ¿No era porque Gueller los intimidaba? – necesitaba estar seguro de ello – ¿Realmente fue mi propio desempeño?

1.5) Como Relatos para Ingenieros y ArtistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora