– ¿Cómo se hace eso de comprar acciones? – preguntó Carlos de repente a su hermanita.
Los tres hermanos estaban acomodados en la sala viendo una de las películas más cursis y melosas que Carlos había visto en su vida. Desafortunadamente Adam no estaba para sacrificarse con él, había tenido que ir con Edwin a una de sus tantas reuniones para organizar la pedida de matrimonio.
– ¿Por qué la pregunta? – inquirió Isa mientras masticaba pistaches desde donde estaba acostada en el sofá – ¿te interesa comprarle acciones a tu cuñado?
– No – contestó con vehemencia – es solo que... no sé, estuve pensando en la junta del jueves y... bueno, creo que conseguir comprar acciones en una empresa prospera es una inversión segura.
– Ya hablas el idioma de Adam y Ava – se quejó isa mientras partía otro pistache – que fastidio.
– No es tan difícil como crees – le contestó su hermanita – si quieres puedo ayudarte con eso ¿te interesaría comprar acciones?
– Puede ser.
– No estoy en contra, pero, ¿puedo preguntar por qué?
Carlos tragó saliva y carraspeó un poco. Era verdad que al principio la idea de hacerse un hombre de valor, con un trabajo estable, casa fija y dinero en el bolsillo, había sido para poder darle a Hannah la estabilidad económica que ella había visto en Gueller, y que era lo que más quería de un hombre. Sin embargo, después de pesarlo mejor, consideró que era más para beneficio suyo.
Puede que no tenga un valor real como persona, se dijo, pero puedo hacerme de algo que lo compense.
Tal y como le dijo su hermanita cierto día, el dinero no daba la felicidad, pero era verdad que abría muchos caminos para ella. Lograr prosperar como un hombre de negocios lo haría sentirse mejor consigo mismo. Tal vez su vida social y amorosa sería un desastre, pero su vida profesional podría ser lo que lo mantuviera a flote.
– Cuando escuché a la señorita Villas en la junta me di cuenta de los grandes beneficios que había para los accionistas una vez la empresa redituaba en el mercado, solo se me ocurrió que... bueno, podría intentarlo.
Avi lo vio por un momento con los ojos ligeramente entrecerrados, pero después pareció aceptar la explicación – De acuerdo, búscame mañana en el almuerzo y aprovecho de enseñarte una contra-oferta en la que estoy trabajando.
– Excelente, gracias hermanita, yo...
– ¿La señorita Villas no es a la que le pediste el número para mandarle música?
Isa ya había vuelto su cabeza a ellos y ahora si parecía muy interesada en la conversación.
– ¿Quién te dijo que yo...? Olvídalo.
Era obvio que había sido Avi.
– Solo estuvimos hablando sobre la música y las canciones que nos gustan, eso fue todo.
– Eso quiere decir que sí estuvieron mensajeándose – Isa subía y baja las cejas en tono burlón y a Carlos se le pusieron las orejas calientes.
No quería admitirlo frente a sus hermanas, pero la verdad es que había encontrado a Tam muy atractiva.
Desde que se quedó viéndolo en medio de la entrada en la sala de juntas, la forma apreciativa en su mirada, el leve cambio en su respiración. Carlos no era idiota, esa era la misma forma en la que otras mujeres en los bares le veían, y con todas ellas había acabado en la cama de su casa o en algún motel barato de la zona.
A pesar de tomárselo con calma, porque estaba en una reunión de trabajo con sus jefes detrás de él, la verdad era que su región inferior se había despertado con interés. Su razonable explicación era que la última vez que había intimado con una mujer había sido Hannah y de eso ya habían pasado muchas semanas. Carlos era un hombre sexualmente activo, mucho, y la abstinencia, combinada con lo bonita que era Tamara, lo habían hecho sentir rígido, y muy dolorido, durante la mitad de la junta.
ESTÁS LEYENDO
1.5) Como Relatos para Ingenieros y Artistas
RomanceAva y Adam ya tienen una hermosa familia consolidada y estás viviendo su felices para siempre. Pero ellos no son los únicos que tuvieron que atravesar obstáculos para llegar a eso. Amárrate bien los calzones y prepárate unos ricos roles de canela...