Con el tiempo, Kai Chisaki comenzó a hacerse más presente en la residencia de la Shie Hassaikai. Al principio, su llegada era esporádica, pero con el pasar de los días, se fue estableciendo como una figura constante, rodeado siempre de su grupo de hombres, personas con quirks poderosos que parecían seguirlo a todas partes.
Angel podía notar los cambios, incluso si no estaban directamente dirigidos hacia él. Chisaki traía consigo un aire de autoridad que no pasaba desapercibido, y los hombres que lo acompañaban empezaban a reemplazar a los que habían trabajado para el Oyabun por años. Todo era sutil, pero inconfundible. Los tiempos estaban cambiando, y no para bien.
Angel solía pasar mucho tiempo con Eri en su habitación. Le enseñaba cosas simples, como dibujar y colorear. Aunque los días seguían siendo tranquilos, Angel no podía ignorar el cambio en la atmósfera de la residencia. A veces, mientras jugaba con Eri, podía escuchar voces elevadas desde la sala principal, donde el Oyabun y Chisaki discutían.
La voz de Chisaki siempre era la más fuerte, cortante, llena de determinación. El Oyabun, en cambio, hablaba con una calma forzada, como si intentara razonar con alguien que ya había decidido su camino.
- "Angel, ¿qué está pasando?" -preguntó Eri un día, mientras Angel intentaba distraerla de las voces que se filtraban por la puerta. Sus ojos grandes y curiosos buscaban respuestas que Angel no quería darle.
- "No es nada, Eri," dijo Angel, forzando una sonrisa mientras le entregaba unos lápices de colores. "Hoy vamos a colorear uno de tus dibujos, ¿Bien?"
Eri asintió con una sonrisa, emocionada por la idea. Sus simples pasatiempos -como dibujar y colorear- eran una manera de mantenerla feliz, de evitar que se diera cuenta del caos que empezaba a surgir a su alrededor. Angel observó cómo ella buscaba su libreta entre los estantes, ajena a la creciente tensión en la residencia.
Pero Angel no podía evitar sentir una extraña responsabilidad por ella. Esa niña, que se había vuelto su compañera diaria, estaba bajo su protección, y aunque aún no lo sabía, la flor que había cultivado aquí quedaría bajo su cuidado por completo en el futuro. Un futuro que se acercaba más rápido de lo que esperaba.
Un día, mientras limpiaba uno de los pasillos cercanos a la sala principal, Angel escuchó algo que lo detuvo en seco. Las voces eran claras, y esta vez, lo que decían no era solo una discusión.
Chisaki estaba hablando con varios de sus hombres, y aunque las puertas estaban cerradas, la ira en su tono era evidente.
- "El Oyabun está obsoleto," dijo Chisaki, su voz fría y calculadora. "Su visión está anclada en el pasado. Es hora de que alguien más tome las riendas."
Angel sintió cómo un escalofrío recorría su espalda. ¿Derrocar al Oyabun? ¿Era eso lo que Chisaki estaba planeando? Aunque no era particularmente cercano al Oyabun, Angel había llegado a respetarlo, y sabía que sin él, la residencia y todo lo que había conocido aquí cambiaría por completo.
Chisaki parecía decidido. Su plan estaba en marcha, y sus hombres lo apoyaban sin dudar. Incluso comenzó a reemplazar a los guardias y personal leal al Oyabun con otros que tenían quirks más poderosos. Esto no era solo una toma de control sutil, era una preparación para un golpe directo.
Al día siguiente, llegaron más hombres a la residencia. Eran los Preceptos de la Muerte, el grupo más cercano y poderoso de Chisaki. hombres con quirks temibles, seleccionados personalmente por Chisaki para llevar a cabo su visión de lo que la Shie Hassaikai debía convertirse. Estos hombres no eran como los subordinados habituales. Su presencia era intimidante, y todos sabían que ellos respondían únicamente a Chisaki.
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El Otro Lado de la Moneda [BNHA FIC]
FanfictionEn un mundo donde los quirks lo son todo, Angel creció a la sombra de aquellos que tenían poder, marcado por la etiqueta que detestaba con cada fibra de su ser: quirkless. Desde su infancia, Angel fue objeto de desprecio, no solo en la escuela, dond...