Hokage

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Algunos de ustedes no han de conocer esa canción, ese tipo de música es de mis tierras osea México y al oírla se me ocurrió esta historia si les gusto que bueno y si no me vale

AU donde no existieron los otsuski

Inspirado en las películas de Naruto

Finalmente, había llegado el gran día. Boruto estaba nervioso, más de lo que alguna vez imaginó. Era su boda, el día más importante de su vida, y estaba a punto de casarse con la mujer que amaba, Sarada Uchiha. Sin embargo, había un pequeño problema: no lograba acomodar bien su traje nupcial (un kimono ceremonial). Parecía que cada vez que lo intentaba, más capas de tela se enredaban. Era como si el propio kimono se burlara de sus nervios traicioneros.

—¿Onii-chan, ya estás listo? —preguntó Himawari desde el otro lado de la puerta.

Boruto intentó, sin éxito, ajustar el traje. Suspiró.

—Necesito ayuda con esta cosa —admitió finalmente.

—Voy por papá para que te ayude —dijo su hermana, antes de salir.

Boruto frunció el ceño. De todas las personas, su padre era la última que quería ver. Desde que Naruto se convirtió en Hokage, había dejado de lado a su familia, y Boruto había tenido que asumir el rol de "hombre de la casa". No lo odiaba, pero la relación con su padre era tensa. Así que, ¿por qué estaba a punto de casarse con la nueva Hokage? La respuesta era simple: porque la amaba, y ella lo amaba a él. A pesar de las dudas iniciales, Boruto había seguido su corazón, le había entregado un anillo con un grabado que decía "Te amo".

—Boruto, ya estás tarde para tu boda. ¿Ya te pusiste el traje? —dijo la voz firme de su padre.

—Sí, creo que lo logré —contestó Boruto apresurado, haciéndose un último chequeo en el espejo. Cuando finalmente estuvo listo, salió al encuentro de Naruto, quien lo miraba con orgullo.

—Te ves muy apuesto, hijo.

—Gracias, papá, pero debemos darnos prisa —dijo Boruto, inquieto. No quería hacer esperar a Sarada.

Afortunadamente, Boruto llegó antes que ella. Se colocó en su lugar frente a todos los invitados, y mientras esperaba a su prometida, sacó las notas de sus votos matrimoniales. Sabía que el camino que Sarada había escogido les complicaría las cosas. Ser Hokage no era fácil. Le resentía al cargo, por lo que había significado para su relación con su padre. Intentó calmarse, golpeándose suavemente las mejillas, pero el tiempo parecía moverse con demasiada lentitud. Podía sentir la presión acumulándose en su pecho.

Observó a Sasuke, quien también miraba el pasillo con preocupación, esperando la llegada de Sarada. Pero ella no aparecía. Boruto empezó a sentir que su corazón latía más rápido, y el sudor frío recorría su espalda. Chouchou decidió ir a buscarla, creyendo que los nervios podrían haberla retenido en su habitación.

Sin embargo, cuando Chouchou abrió la puerta de la habitación de Sarada, lo único que encontró fue una carta. Con horror en los ojos, decidió no leerla. Sabía que Boruto debía ser quien descubriera su contenido.

Sasuke se acercó a su futuro yerno, notando su creciente inquietud.

—Boruto, ven conmigo un momento —dijo con su tono habitual de seriedad.

—¿Qué pasa? ¿Dónde está Sarada? —preguntó Boruto, confundido.

Naruto siguió a ambos hasta un rincón apartado. Sasuke suspiró profundamente antes de entregarle la carta.

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