Cuarenta - Zee

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¿Finalmente escogiste una habitación?

Aproximadamente una hora después de que hubiéramos llegado a la mansión, arrojé mi bolso a la California King en la casa de huéspedes y me quité las botas. Después de echar un vistazo a la planta principal, decidimos ir a instalarnos en nuestras respectivas esquinas y descansar un poco antes de reunirnos para nuestra primera comida en la casa grande esa misma tarde.

Pero como NuNew ya había tomado una siesta de tres horas, tenía la sensación de que el ángel probablemente estaría despierto. Dos minutos después de haber enviado el mensaje, recibí mi respuesta.

Nu: Lo hice. ¿Cómo está tu suite de lujo junto al mar?

Caminé hacia las puertas francesas que había abierto en cuanto entré y miré hacia abajo, hacia las pequeñas olas que chocaban contra la arena.

Jodidamente increíble. ¿Quieres venir a ver?

Y aunque la vista era asombrosa, encontré mis ojos pegados a los tres pequeños puntos de mi teléfono.

Nu: ¿El océano?

Algo en ese comentario hizo que mi pulso se acelerara, porque era obvio que NuNew estaba pensando en algo más que en el maldito mar.

Si eso es lo que quieres ver.

Hubo una pausa por un momento, y aunque podría haberle dejado salir del anzuelo. NuNew había sido el que abrió esta línea de diálogo, y yo no iba a dejar que corriera y se escondiera.

Ven aquí, Nu.

Aparecieron tres puntos, desaparecieron, y luego…

Nu: No creo que sea una buena idea.

Bingo.

¿Por qué? Sólo vas a mirar el océano.

Nu: ¿Ahora quién está mintiendo?

Si pensó que no iba a admitirlo, piénsalo de nuevo.

Yo.

Mierda. Me agaché para masajear el talón de la palma de mi mano sobre mi pene mientras apoyaba un hombro contra la puerta.

¿En qué habitación estás?

Nu: No te voy a decir eso.

Pero tú quieres, ¿verdad, Ángel? Igual que quieres venir aquí y ver mi... vista.

Pasaron un par de minutos, y justo cuando pensé que NuNew podría haber decidido que había terminado con la conversación, surgió…

Nu: De verdad que sí, lo cual es... una locura.

Ah, de acuerdo. Esto... esto era algo con lo que podría trabajar.

¿Loco cómo?

Nu: Loco de remate, no puedo dejar de pensar en tu maldita boca para empezar. Y lo que me hiciste la otra noche.

Oh, me gustó eso. Me gustó muchísimo. Mi primer contacto con el ángel me había dejado con ganas de más.

¿Y qué hace mi boca ahora cuando lo piensas?

Tres puntos. Sin puntos. Tres puntos…

Nu: Besándome... chupándome... soltando mierda que no debería encontrar caliente pero... lo hago.

Jesús. NuNew tenía mi polla tan jodidamente dura por este intercambio que me agaché para abrir el botón y bajar la cremallera donde estaba. Necesitaba algún tipo de alivio, y si él no iba a venir a mí, entonces lo mejor sería venirme pensando en él.

NuNew - Angel Caído 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora