Cuarenta y cinco - Zee

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—¿Cambiaste de idea? —Con mi llave en la cerradura de la casa de huéspedes, miré por encima de mi hombro hacia donde estaba NuNew con las manos metidas en sus bolsillos.

Las luces alrededor de la piscina brillaban sobre el agua e iluminaban su cabello y cuando sacudió la cabeza y dijo:

—No —me pregunté si era él el que hablaba o los dos shot que había tomado en la camioneta de camino a casa.

No habíamos dicho mucho desde que dejamos los túneles en el estadio, pero durante todo el viaje de vuelta, me había dado cuenta de que los ojos de NuNew vagaban sobre mí. Mi cara, mi pecho, mi polla dura como el infierno, que no tenía ninguna esperanza de ocultar, y cuando tomó el whisky y lanzó un trago, sólo podía empezar a imaginar lo que estaba pasando dentro de esa cabeza suya.

Cuando no abrí inmediatamente la puerta, NuNew ladeó la cabeza y dijo:

—¿Quieres cambiar la tuya?

Una sonrisa tiró de la esquina de mis labios mientras miraba hacia abajo a mi erección.

—¿Qué te parece?

NuNew caminó hacia adelante hasta que estuvo tan cerca que la brisa nocturna tuvo dificultades para interponerse entre nosotros.

—Creo que deberías abrir la puerta antes de que uno de los chicos salga y escribas otro soneto sobre tu... frustración.

No puedo decir que no le advertí, pensé, mientras giraba la llave y abría la puerta. Me hice a un lado, así que NuNew tuvo que caminar a mi lado para entrar, y mientras él pasaba, inhalé profundamente, su olor embriagaba cada uno de mis sentidos. No veía la hora de desnudarlo y subirme a él. Quería probar, tocar y joder cada centímetro de él. Pero también sabía que tenía que jugar esto bien. Esta era la primera vez para NuNew, y aunque él había dado todas las indicaciones de que lo deseaba, lo necesitaba fuera de su mente rogándolo antes de que llegáramos allí.

Cerré la puerta y me aseguré de pasar la cerradura, lo último que necesitaba era una visita a medianoche de uno de los chicos si les daba la gana, y cuando me di la vuelta para encontrar a NuNew parado al pie de mi cama, me dije que debía calmarme.

—Si no te conociera mejor, pensaría que estás nervioso —dijo NuNew mientras me miraba a través de la habitación.

—Pero ya que sabes que es una maldita mentira, ¿qué piensas que soy?

NuNew miró por encima de su hombro a la desordenada cama que ocupaba la mayor parte del espacio vital de la casa de huéspedes y dijo:

—Estas tenso —y cuando volvió a poner los ojos en los míos, añadió—: Cargado. Envarado.

—Estoy tratando de ser... educado.

—¿Quién te pidió que fueras educado?

Eso era todo, basta de estar de pie junto a la puerta. Si alguna vez me habían dado luz verde, fue en ese momento, me dirigí a NuNew, tomé su barbilla en mi mano, y dije:

—Espero que lo digas en serio, porque eso fue lo más educado que puedo ser.

Cuando los ojos de NuNew brillaron y sus labios se transformaron en una sonrisa justo a este lado del triunfo, el sonido que salió de mi garganta fue casi salvaje cuando alcancé la parte posterior de su cuello, enredé mis dedos a través de su cabello, y luego aplasté mis labios sobre los suyos. La boca de NuNew se abrió bajo el asalto en un instante, y sus manos se levantaron para agarrar mi camiseta cuando su lengua encontró la mía y gimió ante el contacto.

Sabía a whisky y a sexo mientras pasaba sus manos por mi estómago hasta la parte inferior de mi camiseta, y cuando las metió debajo del material negro, pasé un brazo alrededor de su cintura para agarrar su trasero.

NuNew - Angel Caído 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora