QUÉDATE CONMIGO [EMISIÓN]

CAPÍTULO 16: CONFIANZA.

N/A: Los eventos de la primera parte del capítulo sucedieron antes de la última parte del capítulo anterior.
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Londres — Inglaterra, 4 de Julio.

Faltaban pocos minutos para la medianoche y el chico se encontraba sentado en la silenciosa y solitaria oficina de su padre, mientras veía, sin ver, aquel contrato, mismo que no le generaba confianza más sin embargo, había aceptado.

Aun así, no podía dejar de pensar que aquello no estaba bien, no era correcto. Pero, ¿qué otra opción tenía?
El enemigo se movía demasiado rápido para su gusto y luego de aquel último ataque a los Zolkov, supo que debía intervenir.

Tenía que mantenerla cerca, con ella de su lado, las probabilidades de ganar y deshacerse de aquel despreciable ser, eran altas. Lo sabía y es por eso que no dudó un segundo en aquel convenio. Sin embargo, que fuera el padre de ella quién accediera a concederle su mano en lugar de Dimitrov, no le generaba confianza, sabía que nada bueno podría suceder si venía de parte de Stefano, más no dijo nada, se guardó su opinión para si. Después de todo, era mejor.

Suspirando, se levantó dejando a un lado aquellas hojas y se acercó a la ventana contemplando la tenue neblina que se pagaba al cristal y mientras él mantenía la mirada fija hacia el exterior, alguien entraba al lugar completamente en silencio.
Aun así, el chico supo que ya no se encontraba a solas, también sabía de quién era la presencia que había invadido su lugar porque después de todo, tenía varios días esperando su llegada.

—Entrar de esa manera no es muy educado de tú parte —inquirió, obteniendo una risa seca por parte del contrario.

—Quitarme a mi prometida tampoco lo es —se encogió de hombros, aun cuando el castaño no podía verlo mientras se sentaba—. Supongo que estamos en igualdad de condiciones, ¿no crees?

Él asintió a la par que lo encaraba.

"Si, tenía razón".

—Debo admitir que esperaba un enfrentamiento —ladeo la cabeza con un gesto pensativo en su rostro—. Es escalofriante tú tranquilidad ante esta situación.

Dimitrov asintió.
—Me estoy conteniendo Goudreau.

—Lo dudo —sonrió de lado, observando la sangre en las mangas de aquél ya no tan impecable traje que el menor llevaba puesto—. Estoy seguro que descargaste algo de frustración con mis hombres ¿no?

—Quizás —sus ojos grises lo observaron con aburrimiento, mientras que el más alto sonrió de lado.

—De acuerdo, entonces dime Zolkov, ¿en qué puedo ayudarte?

El mencionado no respondió de inmediato. Parecía estar analizando la situación, buscando comprender todo aquel circo que se habían montado y conteniendo su molestia y frustración para no abalanzarse en contra del chico al otro lado del escritorio.
Todo era una completa mierda.

—Tengo curiosidad —dijo minutos después con aquella voz susurrante tan característica, misma que representaba peligro—. Quisiera saber... ¿Por qué traicionar años de confianza y apoyo entre clanes?

—Así no sucedieron las cosas.

El chico soltó una risa seca, carente de diversión.

—Por supuesto.

—Todo tiene una explicación.

—Adelante, soy todo oídos. Explícame ¿por qué me quitaste a la única persona que quería? De entre todos los imbéciles de tu familia ¿precisamente tenías que ser tú? Eso es algo jodido ¿no crees?