CAPÍTULO 7: ROZAR LA FELICIDAD.

22 7 100
                                    

Enormes y viejos edificios se alzaban adelante de ellos. El cielo estaba completamente nublado y las nubes, que parecían unos algodones de azúcar, cubrían todo el azul del firmamento, y este era reemplazado por un gris opaco, mismo que le recordaba a los ojos de ella.

El chico suspiró mientras negaba con desaprobación y es que, todavía no entendía cómo es que se encontraban en un lugar como ese. Escudriñó el sitio con detenimiento e hizo una mueca, todo era viejo, sucio y parecía que cualquiera de las estructuras que los rodeaban estaban a nada de colapsar.

El clima, sumamente frío y húmedo, tampoco ayudaba a su estado de animo y el conflicto interno que tenía, le estaba pasando factura, no entendía la razón por la que él se encontraba de esa manera, y realmente estuvo a punto de reírse de si mismo por eso, era absurdo, ¿por qué le sorprendía?, después de todo, él sabía cómo era ella y el hecho de que lo estuviera evitando e ignorando, no era nada nuevo, más sin embargo, le era algo molesto. Sobretodo después de lo que había pasado semanas atrás.

Decidió que para su tranquilidad y paz mental, ignoraría aquello que lo aquejaba y se enfocaría en lo que sea que estuvieran haciendo, aunque no le estuviera gustando para nada.

"Sí, era lo mejor", pensó y tras desordenar su cabello, siguió a los demás.

Quiso ser optimista, pese al entorno en el que se encontraban, quiso serlo, más sin embargo cuando los vió adentrarse a uno de los callejones que por allí había, se horrorizó.

"¿Qué demonios?".

Dereck no entendía cuál era la necesidad de entrar a aquél lugar, y mientras los seguía, porque claramente no iba a quedarse sólo en ese sitio, imaginaba las diferentes formas en las que golpearía a los chicos.

Suspiró con resignación y cuando los alcanzó, se percató del lugar en el que se encontraban. Una tienda de música, misma que estaba pintada de varios colores y era adornada por diferentes carteles de distintos grupos, musicos y artistas, también tenía un enorme ventanal que les daba la vista completa a varios instrumentos y discos en exhibición, otorgandole un toque vintage retro al sitio, cosa que le gustó.

Si había algo que le gustaba y apasionaba mucho era la música, y su emoción fue compartida por los otros 3 chicos que lo acompañaban, que estaban igual de emocionados que él.

RECORDS SHOP, leyó el nombre de la tienda justo antes de ingresar al lugar e inmediatamente una melodía que no conocia llegó a sus oidos, sumado al olor a incienso y café recién hecho, lo que le dio el toque perfecto. Y si afuera le gustaba, el interior era muchísimo mejor. Todo estaba dividido en distintas secciones según sus generos, años de estreno e impacto en la música y el mundo en general, algo que les agradó aún más, también el techo, que en algunas partes, estaba decorado con enormes paneles con toques psicodelicos.

Un poco más allá se encontraban varios equipos de música y televisores, mismos que se encontraban reproduciendo distintos videos aleatorios de diferentes grupos de los 80s, lo cuál le pareció genial. Ya al fondo del lugar, detrás de un enorme panel de vidrio en el que se encontraba lo que parecia ser un estante repleto de cassettes, que servia también de separación, encontraron un sinfin de instrumentos; desde guitarras electricas, como acusticas, bajos, dos baterias, teclados y un enorme piano de cola, mismo que era ocupado por cierta pelinegra que reconoceria en donde fuera, mientras tocaba aquella suave melodia que no conocía y que le había gustado. Sinceramente, aquello lo dejó algo shockeado.

"¿Qué demonios hacia allí?", se preguntó haciendo una mueca, misma que no le pasó desapercibida a ella. Sin embargo la chica no dijo nada, simplemente siguió tocando y pocos segundos después lo demás llegaron a él y no parecian para nada sorprendidos de verla allí, aunque para Nathan y Tyler pareció asombrarles el hecho de verla tocando y no era para menos, Danielle no era de las que le agradaba demostrar sus dotes artisticos, porque sí, ella los tenía. La chica era multifacetica, desde siempre fue así, desde niña la criaron así, pese a lo malo, claro está.

QUÉDATE CONMIGO [EMISIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora