CAPÍTULO 3: QUÉDATE.

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«Cada acción tiene su reacción»

Sólo hay que saber cómo afrontar las consecuencias de los actos que cada persona cometía.
Justo como ambos estaban por hacer.

"Que jodido incordio" pensó Danielle a la vez que se relamía los labios bajo la mirada asqueada de la mujer que tenía sus ojos oscuros en ambos. Sobre todo en ella.

—¿Se puede saber qué creen ustedes que están haciendo? —su voz reflejó un toque de histeria. Algo que le causó gracia a la chica a la vez que volteaba los ojos.

"¿En serio iba a preguntar lo que era obvio?, por favor".

Danielle ladeó la cabeza y sonrió con burla.

—Creo que la pregunta está demás, tía. Es bastante claro lo que estábamos haciendo.

La mujer la observó horrorizada.

—¿Co-cómo se atreven a hacer semejante atrocidad? ¡Jesús! Eso no es de Díos, ni siquiera es legal. ¿Qué les sucede? ¿Quieren ir a prisión?

La chica bufó ganándose una mirada de soslayo por parte de Dereck.

—Eso no va a ocurrir ¿sabe por qué? -la mujer negó—  Porqué eso nunca ocurrió, aquí nadie vió nada, y si nadie vió, eso nunca pasó.

Ella negó incrédula por la desfachatez de la pelinegra para luego desviar la mirada hacia Dereck.

—¿No dirás nada? ¡¿Es que a caso no tienes vergüenza?!

"¿Vergüenza? ¿Qué era eso?"

Danielle volteó los ojos, acto seguido observó al azabache.

—No es el momento para hablar de eso. Vayamos adentro ¿sí?

—No. De aquí nadie se mueve hasta que me escuchen —alternó la mirada entre ambos—. Me considero una persona tolerante y en todos estos años lo fuí tras aguantar todos los problemas en los que se han metido ustedes, mismos que han sido por culpa de ella —la señaló—. Sin embargo, si creen que voy a tolerar está aberración que acabo de presenciar, están equivocados —observó al chico—, Danielle lo único que hace es manipular, disponer a su antojo, y estoy más que segura que para que toda esa situación la empezó ella.

La susodicha se echó a reír. No pudo evitarlo, pero aquello le parecía una estupidez.

"¿De verdad eran familia?", se cuestionó con burla.

—Te equivocas. El que empezó todo fui yo —dijo haciendo que la mujer lo observara como si le hubiera crecido otra cabeza—, soy jóven y experimentar es parte de serlo, así que por favor, dejemos el tema para otro momento ¿de acuerdo?

—Ser jóven no te da el derecho de meterte con tú prima, si sabes eso ¿no? Puedo aceptar lo que sea, pero esto no.

La pelinegra levantó una ceja.

"Que estupidez"

—No le estamos pidiendo permiso ¿sabe?

—Danielle —la llamó.
Dereck sabía cómo era ella y los alcances que tenía, también sabía que no era alguien quién medía lo que decía, es por eso que intervino, no quería que la situación empeorara.

—Da igual —se giró a ver al azabache—. Buscaré a los chicos.

Él asintió y cuándo estuvo a punto de retirarse, la mujer la tomó del brazo haciendo que ésta se tensara, mientras la giraba, quedando ambas frente a frente.

—Tú de aquí no te vas hasta que yo lo diga.

Danielle se soltó del agarre y fue cuando Dereck notó como los ojos grises de ella se habían oscurecido.

QUÉDATE CONMIGO [EMISIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora