La Jaula del Dragón (Dark Daemyra)

Capítulo VIII

¡Hola a todos! Acá un nuevo capítulo donde Daemon está totalmente cambiado por Rhaenyra. Pero recuerden que es un Dark romance, no esperen que siempre se mantenga así-

No olviden comentar y votar. Besos y abrazos

Luego de que Daemon dejara ir a Harwin Strong, todos en el palacio estaban confundidos.

Sin embargo, nadie se atrevería a cuestionar al rey.

Pero, a pesar de que todo había salido bien, Daemon no podía simplemente disfrutar de su matrimonio, pues los asuntos del reino comenzaban a agobiarlo.

Aemma, Rhaenyra y Alys, solían responder cualquier duda que él pudiera tener sobre el gobierno de Viserys.

Alys sabía del comercio exterior, y Aemma y Rhaenyra sabían de primera mano los pasos del rey.

Sin embargo, era obvio para todos, que el gobierno de Viserys no había prosperado, y por confiar en los Hightower, casi había llevado al reino a la ruina.

El torneo que él había realizado, había hecho que muchas casas que estaban en guerra, finalmente hicieran las pases. 

Pero aún así, la paz sería momentánea si las finanzas del reino no mejoraban.

- Viserys se robó gran parte del botín real, necesito saber donde lo escondió- dijo Daemon mirando a Aemma y a Rhaenyra y ellas negaron.

No tenían idea donde estaba, Viserys no les había confiado eso.

- Si supiera donde está, te lo diría ¿Acaso no crees que quiero ver el reino bien al igual que tú?- preguntó Rhaenyra tomando su mano, intentando calmarlo.

- Lo entiendo- dijo Daemon suspirando, sentado en una silla, mirando a su esposa.

- ¿Cómo fue tú primera audiencia de mujeres?- preguntó Daemon suspirando y mirando a Aemma.

- Bastante bien, aún recuerdo como las hacía Alysanne, creo que Rhaenyra estará preparada para dirigir una en poco tiempo- dijo Aemma que aún no entendía el cambio de actitud en Daemon, pero si eso le hacía bien a su hija, ella estaba bien con eso.

- No- dijo Daemon mirando a su esposa- Mi esposa tiene una misión muchísimo más importante entre sus manos- dijo él y Aemma lo miró con curiosidad. Luego miró a Rhaenyra con la misma curiosidad.

- Permitiremos la libertad de culto en los siete reinos- dijo Rhaenyra mirando a su madre- La fe de los siete solo ha hecho daños a estos reinos, es justo que cada casa pueda respetar sus propias tradiciones, y no que el septo les obligue a pagar algo que solo los beneficia a ellos- dijo Rhaenyra y Aemma sonrió.

- ¿Volveremos a venerar a los dioses valyrios?- preguntó Aemma y Rhaenyra asintió.

- Nosotros si- dijo Rhaenyra sonriendo- El norte podrá rendir culto a sus dioses, los hijos del hierro a los suyos, no deberán pagar contribuciones a los septos de la fe de los siete, es injusto que deban hacerlo, la corona no los obligará.

- Es una misión complicada- dijo Aemma mirando a su hija y Rhaenyra apretó la mano de su esposo sin darse cuenta.

- Puedo hacerlo- dijo ella y Daemon apretó su mano también.

- Ella puede hacerlo, es por eso que le he confiado tan importante misión a ella- dijo Daemon y Aemma arqueó una ceja.

Sin duda el cambio en Daemon era evidente. Pero parecía que ni él se daba cuenta de eso.

- Daemon, no quisiera decir lo que tú corte ya ha dicho miles de veces, pero, necesitas una mano del rey- dijo Aemma y Daemon se apretó la nariz con ambos dedos intentando pensar.