El condicionamiento de Pamela estaba funcionando de manera intensa, y Amber podía sentir cómo su antiguo yo se desvanecía lentamente, cada vez más atrapada en el deseo. En las siguientes clases, Pamela decidió dar un paso más, dispuesta a enseñar a Amber a usar su cuerpo, particularmente su trasero, de la forma más efectiva para complacer. Le explicó que, como sissy, su misión era convertirse en una experta en generar placer a otros, y para lograrlo, tenía que dominar las posiciones y movimientos adecuados.
Parte 1: La Primera Lección en el Placer Sumiso
Pamela la recibió con una sonrisa, pero esta vez el ambiente estaba impregnado de una tensión especial. "Hoy vamos a trabajar a fondo en lo que implica ser una verdadera sissy complaciente", comenzó, mientras indicaba a Amber que se tumbara en el suelo. "Lo primero que debes entender es que tu cuerpo es una máquina diseñada para dar placer, y tu trasero es la clave de todo. Vamos a comenzar por una de las posiciones más comunes y poderosas: recostada con las piernas levantadas, invitando al dominante a penetrarte."
Amber, aún nerviosa por la dirección que tomaban las clases, obedeció. Se recostó como Pamela le indicó, con sus piernas levantadas y abiertas, sintiendo el frío aire contra su piel desnuda. Pamela se acercó, moviendo las manos por el interior de sus muslos con una calma sensual, explicando cada movimiento. "Debes mostrarte receptiva. Cuando levantas las piernas así, no solo estás exponiéndote, estás abriéndote al placer del otro. El dominante tiene el control, pero tú puedes amplificar ese placer, y eso es lo que hace poderosa a una sissy."
Pamela comenzó a mostrarle diferentes variaciones de la posición. "Aquí, mantén las rodillas flexionadas... y aquí, extiende las piernas completamente." Amber intentaba seguir las instrucciones, su mente aturdida por la mezcla de excitación y sumisión que se intensificaba con cada clase. Pamela le enseñaba cómo moverse, cómo arquear su espalda ligeramente para provocar una sensación de mayor penetración, cómo gemir de la manera correcta para excitar al dominante aún más.
"El secreto está en los pequeños movimientos", susurraba Pamela, mientras pasaba una mano por el trasero de Amber. "Esas contracciones involuntarias que haces cuando te sientes dominada... debes aprender a controlarlas, a hacerlas a propósito. Esos movimientos son los que vuelven loco al hombre que te está penetrando."
Amber, con cada instrucción, se sentía más perdida en el papel que Pamela le imponía, como si todo su ser comenzara a ser consumido por ese rol sumiso. Las imágenes que Pamela había implantado en su mente, los relatos sobre hombres dominantes, ahora formaban parte de sus fantasías recurrentes.
Los días continuaron con más lecciones enfocadas en convertir a Amber en una maquina de dar placer.
Lunes: Despojarse de la ropa
El lunes comenzó con una clase intensa de cómo Amber debía aprender a despojarse de su ropa de manera sensual. Pamela le explicó que la seducción no solo estaba en el acto sexual en sí, sino en cómo uno se desenvuelve antes de llegar a ese punto. Amber observaba atentamente mientras Pamela le hacía una demostración, quitándose lentamente cada prenda, dejando que el aire frío acariciara su piel, mientras sus movimientos eran fluidos, delicados pero intencionados.
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El Poder de la Transformación
FantasyFernando vive una relación aparentemente perfecta con Diana, pero a medida que el tiempo pasa, su vida da un giro inesperado. Lo que comenzó como una boda de ensueño se convierte en un juego de control y dominación cuando Diana lo somete a una relac...