Capítulo 16: Cinco minutos en el Paraíso

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Al llegar a casa, Amber se encontró con Diana y Pamela en la cocina, quienes la esperaban ansiosas, casi saltando de la emoción. Apenas cruzó la puerta, ambas se abalanzaron sobre ella con preguntas.

—¡Cuenta! ¿Cómo te fue? ¿Lo viste? ¿Te dijo algo? —preguntó Diana, casi sin respirar.

Amber se dejó caer en el sofá con una sonrisa nerviosa, todavía procesando los momentos vividos en el gimnasio.

—Sí, lo vi. Fue... increíble. Me ayudó con la rutina, estuvo muy atento todo el tiempo, incluso me corrigió en algunos ejercicios... —Amber hizo una pausa, recordando el toque de Armando en su cuerpo, lo cual le arrancó un suspiro involuntario.

—¡Ay, no! ¡Eso no lo dices así como si fuera cualquier cosa! —exclamó Pamela, golpeando un cojín contra su propia pierna—. ¿Cómo te corrigió? ¿Te tocó? ¡Detalles, Amber, detalles!

Amber se sonrojó y bajó la mirada, mientras jugueteaba con sus dedos.

—Bueno... mientras hacía la patada de glúteo, él... me sujetó la espalda baja y la pierna para ayudarme a completar el movimiento.

—¡Eso no es cualquier cosa! —interrumpió Diana, riendo con picardía.

—Sí, pero no fue solo eso —continuó Amber, incapaz de evitar una sonrisa—. Mientras me ayudaba, sentí que su mano... se movió un poco, como si me acariciara. Fue tan sutil, pero a la vez... tan evidente.

Pamela soltó una carcajada, divertida y emocionada.

—¡Amber, eso significa que ya lo tienes en la mira! Te lo digo: es cuestión de tiempo antes de que lo tengas encima.

Amber se llevó las manos al rostro, completamente sonrojada.

—Ay, no te hagas la inocente —añadió Diana, guiñándole un ojo—. Porque yo sé que te derretiste con ese toque. Imagínate, si un roce te hizo sentir así, ¿qué será cuando él te tome de verdad?

El simple pensamiento hizo que Amber se estremeciera, su piel se erizó y un escalofrío le recorrió la espalda.

—Pues ya estás empezando con el pie derecho —dijo Pamela, dándole una palmada en el hombro—. Solo sigue siendo tú, Amber. Pero no te olvides de provocar un poquito, ¿eh?

Amber se levantó temprano, emocionada por su segundo día en el gimnasio

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Amber se levantó temprano, emocionada por su segundo día en el gimnasio. Escogió un conjunto ajustado y favorecedor: leggings oscuros que realzaban sus curvas y un top corto de color amarillo que dejaba al descubierto su cintura delgada. Pamela y Diana la despidieron con entusiasmo, animándola a que continuara su "mágica conquista".

Llegó al gimnasio a la misma hora, con la esperanza de encontrarse nuevamente con Armando en la entrada. Su corazón latía rápido mientras esperaba frente a la puerta, repasando mentalmente cada detalle de su encuentro anterior. Sin embargo, quien apareció no fue Armando, sino otro instructor, un hombre de cabello corto y mirada amable que la saludó con una amplia sonrisa.

El Poder de la TransformaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora