C A P I T U L O 25

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Había estado siguiendo las huellas por un largo tiempo, Jeon estaba atento al más mínimo movimiento mientras Tan lo seguía detrás.

Se detuvieron por un momento fue tan pequeño pero fue el tiempo suficiente para que Minho volviera a saltar dentre los árboles, quiso matar a Tan pero Jeon fue más rápido y lo empujó hacia un costado logrando que el cuchillo de Minho apenas rozara el brazo del muchacho quien cayó al piso y se arrastró, alejándose de la pelea que se estaba originado frente a sus ojos.

Tanto Jeon como Minho lograron desarmar al otro, Minho cayó de espaldas y Jeon aprovecho para intentar golpearlo pero el militar no se lo permitió, le dio un golpe en su entrepierna y se elevó sobre su espalda para darle un golpe directo en la nariz.

Jeon se desestabilizo y retrocedió hacia atrás al sentir como la sangre salía de su nariz rota, pronto la mitad de su rostro se lleno de sangre y gracias al golpe se detuvo por unos segundos al sentirse mareado.

Minho aprovecho para tomar su cuchillo y aunque quiso tomar el arma de Jeon, vio como los infectados salieron de algún lado y justo ahora los rodeaban.

Jeon estaba peleando contra los infectados matandolos uno por uno y aunque Minho quiso hacer lo mismo, el dolor en su pierna se lo impidió, cuando mató al segundo LD cayó al piso y empezó arrastrarse mientras otro LD venía en su dirección.

El infectado cayó encima de él pero antes de poder acercarse por completo, Minho se flexióno de golpe y mató al LD metiendo el cuchillo por su quijada hasta llegar a su cerebro, provocando que al momento de sacarlo una cantidad de sangre cayera encima de toda su ropa y algunas gotas en su rostro.

Se levantó como pudo y volvió a escabullirse al ver que a Jeon y a ese chico le faltaba muy pocos infectados para volver a ir tras de él.

Tan mato a los últimos dos podridos y Jeon al ver que otra vez Minho se les había escapado, felicito al chico.

—Estuviste bien. Cuando regresemos te invitaré una cerveza.

—Vamos, no pudo haber ido lejos. —Ahora era Tan el que incitaba a Jeon a continuar.

—No, no, no. Ya terminamos. Buscaremos un auto y regresaremos a casa. —Dijo con esa sonrisa mientras se arreglaba su cinturón y se limpiaba la sangre.—Fue un buen día de trabajo.

—¡Pero él, él mató a Tim y a SoHan! —Tan estaba enojado, Minho casi lo mataba a él también.

—Si. Pero lo dejamos bastante mal. —Recogió su arma y verifico cuantas balas le quedaban. —Además, esta yendo a la zona roja. Alli estará muerto.

—¿Y qué le decimos a JB?

—¿Qué demonios crees? Que lo matamos. Como dije, esta prácticamente muerto.

—Seguiré avanzando.

Jeon empezó a molestarse al ver la nesedad del chico.
—Él no está cuerdo. Va a morirse. No vale el tiempo y tampoco vale nuestra sangre, ahora vámonos. —Jeon empezó a caminar pero Tan otra vez lo detuvo.

—Esto es muy grave, tu mismo lo dijiste. No voy a mentirle a JB.

Jeon sonrió para si mismo, se dio la vuelta y enfrentó al joven.

—Tienes razón. —Dijo hablando con tranquilidad. —No usaremos atajos esta vez. —Tan pareció contento con esa respuesta. —Llegaste lejos en poco tiempo. ¿Cómo era tu apellido?

—Takeuchi.

—Takeuchi... —Repitió mientras movía la cabeza. —¿Oyes ese pajaro?

—¿Qué? —Tan movió su cabeza por un breve segundo y Jeon con el arma en mano disparo directo en su cabeza.

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