C A P I T U L O 24

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Pasaron la noche juntos, sus cuerpos unidos mientras descansaban después de la larga noche que habían tenido.

Los golpes en la puerta obligaron al mayor a despertarse, se puso una bata y camino hacia la puerta viendo como el cuerpo ajeno se removia entre las sábanas pero sin despertar.

Al abrir la puerta se encontró con el hombre mayor que en esos últimos días había sido más de ayuda que un dolor de cabeza.

-¿Qué ocurre?

-Buenos días para ti también. -La sonrisa burlona apareció en su rostro mirando a JB de pies a cabeza. -El equipo ya esta listo. Solo te venía a informar que ya me iba, ah, y dejaré a Yul en Wissper así que si viene y te pregunta dile que fui de paseo y que regreso cuando termine el trabajo.

Jeon estaba por irse pero fue detenido.

-Espera imbesil. ¿Qué crees que soy? ¿Tú mensajero? ¿Tú igual? No te confundas Jeon Byung Hun. Aún estás en líneas rojas conmigo, que no se te olvide.

Jeon regreso sus pasos hasta JB.

-Esta bien. Lo siento, ¿okay? Pero ya estoy de salida.

JB luego de verificar que la persona en la cama siguiera durmiendo. Cerro la puerta tras de él.

- Espero que esta vez si cumplas con tu trabajo. No me gusta cuando haces el trabajo a medias ni mucho menos cuando me mientes.

Jeon borro su sonrisa y se comportó de manera seria.
-Ya te dije que se nos salió de las manos. Además te traje lo que querías.

-¿Lo que quería? Yo no la quería a ella y lo sabes perfectamente.

-¿Pero te esta sirviendo o no? Ella nos dirá el paradero de los demás y si aun no esta muerto luego de la invasión que les hicimos, querrán estar muertos cuando los encuentre y los traiga hasta ti. Puedes estar seguro...

JB miro fijo a Jeon, era un idiota, un borracho, pero sádico y sin miedo a nada, solo por eso aun lo conservaba en el grupo.

-Vete y no quiero que me vuelvas a interrumpir si no es para decirme que acabaste con el militar. ¿Esta claro? -Era una orden. Orden que Jeon acataria al pie de la letra.

-El no será un problema. Adiós.

Y sin más desaparecio, JB cerró la puerta y regreso hasta la habitación. Se acercó a la pequeña barra que tenía en su cuarto y se sirvió un vaso de whisky.

Sintió como unos brazos se enrollaban alrededor de su cintura. JB miró sobre su hombro y se encontró con el somnoliento pero lindo rostro de Mina, se había envuelto con la sabana y miro con una sonrisa al pelinegro.

-¿Por qué te despertaste?

-No te sentí en la cama.

JB bebió de un solo sorbo todo el contenido y alzó en brazos a la pelinegra.

-Entonces regresemos. Hoy no quiero hacer otra cosa que no sea estar contigo.

Y sin más, ambos regresaron a la cama entre besos apasionados mientras ambos recorría el cuerpo ajeno, tocandose donde les placas mientras JB dejaba besos alrededor del cuello de Mina.

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