LUCHAR POR AMOR

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No hay peor sensación que saber que perdiste lo que más amas por tu propia culpa. Cada vez que cierro los ojos, la veo. El recuerdo de esa noche con Jaz está grabado en mí como una cicatriz que no sana. La forma en que me miraba, la suavidad de su piel, la calidez de estar con ella... Y luego, lo arruiné todo.

Volver con mi novio fue el peor error de mi vida, y ahora estoy pagando el precio. Jaz no me quiere ver, no quiere escucharme, no quiere nada de mí. Pero no puedo rendirme, no puedo dejarla ir así. Siento que si no hago algo, perderé a la única persona que de verdad me ha hecho sentir completa.

Hoy dejé una carta más en su locker. Escribí tantas palabras que me costaba respirar mientras lo hacía. Cada palabra venía de un lugar profundo de mi corazón, de la desesperación de querer volver atrás y cambiarlo todo.

Jaz,
Sé que estoy destrozada y que probablemente no quieres saber nada de mí, pero necesito que sepas que lo siento. No sé cómo llegamos a este punto, cómo fue que me equivoqué tan terriblemente. Pero esa noche... Esa noche me di cuenta de lo que siento por ti. Y sí, lo arruiné después, pero te juro que no hay un solo día que no me arrepienta. No dejo de pensar en ti, en lo que teníamos, en lo que podríamos haber sido. Haría cualquier cosa por recuperar tu confianza, por volver a verte sonreír. No soy perfecta, pero por ti, intentaré serlo. Lo que siento por ti es lo más real que he tenido.
Perdóname, por favor. Araceli.

La dejé con cuidado, como si con ese gesto pudiera suavizar todo el dolor que le causé. Pero cuando la vi más tarde, abriendo su locker y leyendo la carta, su reacción fue peor de lo que imaginaba. Jaz me miró, con esos ojos que solían ser cálidos pero ahora estaban llenos de rabia, y rompió la carta en mil pedazos frente a mí.

—¿De verdad crees que esto va a arreglar algo? —me dijo, su voz temblando de enojo—. No quiero tus disculpas, Araceli. Ya no. Me fallaste.

—Jaz, por favor, escúchame...

—¡No! —gritó, tirando los pedazos de la carta al suelo—. No me interesa lo que tengas que decir. Ya no confío en ti, ¿entiendes? Lo que tuvimos, ya no existe. Y tú lo mataste.

Las lágrimas quemaban en mis ojos, pero me obligué a mantener la calma. Cada palabra que decía era como un puñal que me atravesaba el corazón, pero no podía dejar que me viera romperme.

—No voy a rendirme —le dije, con la voz temblorosa—. Sé que lo arruiné, pero no puedo dejar que esto termine así.

Jaz soltó una risa amarga, una que nunca había escuchado de ella.

—Ya lo hiciste. Se acabó.

Me quedé ahí, en medio del pasillo, viendo cómo se alejaba sin siquiera mirarme. Los pedazos de la carta seguían en el suelo, como los restos de lo que alguna vez tuvimos.

AL DÍA SIGUIENTE
Después del día tan triste de ayer, de lo que había pasado, traté de reponerme y proponerme a mi misma hacer todo lo imposible por volverla a conquistar, yo la amo realmente, y sé que ella me amo locamente como yo la amo ahora, es solo cuestión de que ella sepa cuánto la amo.

Deje una flor en su asiento de la escuela, con una tarjeta:
Quiero volver al momento donde me dijiste tu nombre por primera vez.
Quiero volver al momento donde me llamaste por mi nombre por primera vez.
Te amo Jaz.

Más tarde, Lili apareció de la nada. Sabía que iba a buscarme, siempre lo hacía. Su odio hacia mí crecía con cada segundo.

—¿Todavía sigues detrás de ella? —me soltó, con una sonrisa cruel—. Jaz ya no te quiere, ¿por qué no lo entiendes?

—No es asunto tuyo, Lili —le dije, tratando de esquivarla.

—Lo es cuando sigues fastidiando a mi novia. Eres patética.

Su novia?! Sus palabras me hicieron temblar, pero no le di el gusto de verme caer. A pesar de todo lo que me decía, solo una cosa importaba: Jaz. Y si para Lili era "patética" por luchar por lo que amaba, entonces lo aceptaría. Porque para mí, Jaz lo valía todo.

Lili intentó provocarme, se acercó más, me empujó un poco, pero esta vez no reaccioné. Ya no valía la pena. El dolor de lo que había perdido era suficiente.

—Déjala en paz, Araceli. Jaz nunca volverá contigo.

—Eso no es asunto tuyo, entiendo que Jaz ya no quiera nada conmigo, pero tengo derecho de demostrarle que la amo, no?

—Ya te dije que es mía!

—Que pasa aquí? —llegó Jaz interrumpiendo a Lili

—Que aquí Lili está diciendo que eres suya, es así? —aunque parecía que lo preguntaba pasivamente, no era así, y Jaz lo sabía—

—Eso a ti no te importa Araceli, y por favor ya no me dejes tus cosas en mi mesa. —dijo Jaz con mucha determinación—

—Ya la oíste Araceli, ahora vete y déjame con mi novia
—Lili bese a Jaz de imprevisto, y Jaz se dejó, haciéndome ver que si son novias..—

Me alejé, con su voz retumbando en mis oídos, ese beso.. Me dolió tanto, verlas juntas, pensar en que Jaz la miraría con esos ojos de amor con los que me miraba a mi, me mataba del dolor pero a pesar de eso decidí que no iba a rendirme, no todavía. Aunque Jaz me odiara ahora, aunque rompiera mis cartas, aunque ahora esté con Lili, yo sé que su amor era sincero, y si lo era, no se desvanecería tan rápido de un día para otro, estoy segura de que no, yo seguire intentando hasta que no me quede nada. Porque a veces, cuando amas, lo das todo... incluso si eso significa perderte en el proceso.

PERSPECTIVA DE JAZ

—Por qué lo hiciste Lili? Por qué dijiste que éramos novias enfrente de Araceli?

—Tu no lo desmentiste.. Jaz, acepta que me quieres, aunque sea un poco.

—Lili —la tome de las manos— Sabes que sigo enamorada de Araceli a pesar de todo, y aunque jamás volveré con ella, tampoco puedo ser injusta contigo y tú no puedes andar diciendo que somos novias, y si, no lo desmentí porque quería hacer sentir a Araceli lo que yo sentí todo este tiempo, pero eso no significa que esté bien..

—No importa, me conformo con saber que Araceli piensa que estamos juntas —soltó una risa malvada—

—Espera, que? Todo esto que hiciste es solo para que Araceli nos viera juntas, y no por qué realmente me quieres? —estaba realmente desconcertada—

—Por supuesto que me gustas, pero si no vas a estar conmigo tampoco quiero que estés con Araceli, no quiero verlas juntas por ningún motivo, y además me encanta ver como siente la derrota, y mejor aún, que sea yo la que haya ganado esta batalla.

Mi cara era realmente abrumadora, como es posible que Lili, mi propia amiga esté diciendo esto, como es posible que solo no quiere que yo esté con la chica que amo, no porque no me haga bien, si no solo porque ella no quiere vernos juntas? Simplemente me fui de ahí

CONTINUACIÓN EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

ALMAS GEMELASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora