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...Jasper y yo nos tomamos de la mano mientras nos mirábamos a los ojos. El sol se había puesto justo cuando el predicador nos declaró marido y mujer. Pasó las yemas de sus dedos por mi cara, secándome las lágrimas de felicidad.
" Te amo, Isabella Whitlock", susurró mientras me besaba con pasión.
"Isabella... niña... hora de levantarse..."
Intenté abrir los ojos cuando sentí los labios de Jasper contra mi piel.
"Todavía no, necesito dormir", murmuré y esperé poder volver a ese sueño nuevamente.
"Tendremos invitados pronto", murmuró contra mi cuello.
Gemí y traté de levantarme sólo para alcanzar la almohada a mi lado y dejarla caer sobre mi cabeza, aislándome del mundo.
Intenté volver a quedarme dormida, pero entonces algo frío cayó sobre mi espalda desnuda y salté de la cama gritando.
"Jasper Whitlock, ¿qué carajo fue eso?" Chillé y lo miré mientras él se sentaba en la cama riendo.
Levantó una botella de gel de aloe vera y gruñí antes de darle la espalda y caminar hacia el baño para prepararme. Me quejé de que estaba siendo un hombre estúpido cuando me metí en la ducha y traté de despertarme.
El agua tibia me ayudó a sacarme del mal humor y del sueño y comencé a sentirme menos irritable cuando terminé.
Estaba envolviéndome con la toalla cuando Jasper llamó a la puerta antes de asomarse, sosteniendo una taza de café como una especie de ofrenda de paz.
Le hice un gesto con la cabeza para que entrara y él dejó la taza en el mostrador mientras yo caminaba hacia sus brazos.
"Estaba tan agotada esta mañana", dije contra su pecho mientras nos acompañaba hasta el borde de la bañera y se sentaba.
