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(mayo de 2006)
Corrí por la carretera en un esfuerzo por llegar a casa y recoger el correo. Bueno, la raza era relativa dado que la vieja Bessie, como la había estado llamando Charlie, apenas estaba resoplando sobre lo que parecían ser sus últimas ruedas. Finalmente lo puse en el camino de entrada y cuando apagué el motor, una columna de humo negro salió del escape. Suspiré y esperé que no fuera una señal siniestra y salí de la camioneta. Caminé apresuradamente hacia el buzón y dudé un momento antes de abrirlo para tomar la pila de correo. Durante la semana pasada, todas las cartas que recibí eran sobres delgados y decepcionantes y todas comenzaban de la misma manera, casi palabra por palabra.
" Estimada Sra. Swan... Lamentamos informarle... no aceptado en este momento... Buena suerte con sus proyectos futuros..."
Traté de tener confianza y de tener pensamientos positivos ya que la universidad de mi elección aún no me había escrito. Me preocupaba que tal vez no hubiera postulado a suficientes universidades y tal vez debería haber ampliado mis horizontes y postulado a una gran cantidad de universidades. Pero este era un tema que significaba algo para mí y captó mi interés. Además, pensé que mi ensayo era bastante bueno. Cerré el buzón y me estaba preparando para hojear las cartas mientras caminaba hacia la casa.
Uh-oh, hablé demasiado pronto.
Allí, encima de la pequeña pila de correo había una carta dirigida a mí desde la Universidad Estatal Sam Houston. Usando el pulgar y el índice, pellizqué el sobre para medir su grosor y no lo sentí como un sobre delgado de rechazo. Mi corazón empezó a latir con fuerza y me sudaron las manos cuando corrí hacia la casa y cerré la puerta de golpe.
Respiré hondo y me senté en el sofá mientras intentaba ordenar las letras con calma. Separé los billetes y los dejé a un lado para mi papá, colocándolos en la pequeña mesa auxiliar, al lado de su lugar favorito en el sofá.
¿Qué demonios?
Entre la pila de sobres de universidades a las que había postulado, había una a la que claramente no había postulado y que ni siquiera se me pasó por la cabeza: la Universidad de Princeton. Miré el sobre y pensé que tenía que ser una broma. Agarrando el abridor de cartas cercano, lo abrí.