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Cuando Jasper se fue para salvar a la joven, me senté allí por un rato, mirando en la dirección en la que se fue. Aunque sabía que ser humano significaba que no debería haber estado interesada en lo que estaba pasando, lo estaba y deseé tener unos binoculares en ese momento. Me imaginé a Jasper gruñendo como lo hizo la noche del robo y no me di cuenta de que me había acercado poco a poco a él hasta que vi las anclas donde colgaban luces en forma de árbol de Navidad durante las fiestas.
Me senté allí, todavía mirando en esa dirección y preguntándome qué estaba pasando. No estaba segura de cuánto tiempo estuve allí, estaba tan silencioso y aún así el tiempo parecía haberse ralentizado. No fue hasta que sentí que el amor aumentaba constantemente que supe que Jasper había regresado.
Poco después, me envolví nuevamente alrededor de su espalda mientras atravesaba a toda velocidad el centro de Seattle, hacia nuestro hotel. El aire fresco de la noche pasó silbando y tuve que cerrar los ojos para evitar que me lloraran. No pasó mucho tiempo hasta que regresamos al hotel, en lo que parecía una de las escaleras.
"Déjame salir primero para asegurarme de que no hay moros en la costa", susurró Jasper contra mi oído y me quitó el gorro antes de guiñarme un ojo.
Me quedé detrás de él con mi mano en la suya hasta que tiró suavemente para hacerme saber que estábamos bien. Caminamos por el pasillo lo más indiferentemente posible y llegamos a nuestra habitación en poco tiempo. Tan pronto como la puerta se cerró detrás de nosotros, solté el aliento que estaba conteniendo.
"Wow, eso fue divertido", dije y seguí a Jasper al baño donde preparó la bañera para nosotros.
"Me alegra que lo hayas disfrutado. Traté de mantener mi carrera suave para que estuvieras cómoda".
"El viento era un poco fuerte y me hizo llorar un poco los ojos, pero aparte de eso, no fue nada discordante. Tienes un paso suave, Jasper".
El calor del agua comenzó a vaporizar la habitación y caminé hacia Jasper y lo rodeé con mis brazos.
