14

35 4 0
                                    

-¿Entonces eso pidió?... Bueno, está bien, si es la madre de T/N no tengo ningún problema.- Dije mientras veía al hombre frente a mí.

T/N estaba dormida en su camilla. Eran las 8:00 AM apenas, así que no tenía problema en que ella siguiera durmiendo, pues, era necesario para su recuperación.

-Otra cosa, jefe... ¿Realmente está seguro de su plan? Sé que no soy quien para cuestionar sus decisiones, pero... ¿Cómo lo va a tomar T/N?, Porque es mentira que va a hacer como si nada.-Dijo el hombre de ojos amatista hacia mí.

-Michikatsu, tengo todo fríamente calculado. Yo hice ese papel ya hace meses desde que me casé con T/N... Sé que ella no lo va a tomar muy bien, pues, me ha tomado cariño y yo a ella, pero si algo tengo que hacer para hacerle saber a las autoridades que nadie puede conmigo, tengo que hacerlo.- Dije con seguridad.-Solo toca esperar que ese día llegue. Y además, ¿Quién dijo que no estaré vigilando o dejándole señales a T/N?.- Dije con una sonrisa maliciosa.

-Bueno, si usted lo dice, no soy quien para cuestionarlo.-Dijo Michikatsu.

-Ahora, cambiando de tema. ¿Cuándo vendrá la madre de T/N?.-Dije mientras lo veía.

-Más tardar a las 3 de la tarde, es la hora en la que T/N puede recibir visitas. Así que esa será la hora en la que usted tenga que salir de la habitación.-Dijo el hombre hacia mí.

-Entiendo...-Solté mientras asentía.

Unos segundos después, escuché un pequeño suspiro somnoliento, y al voltear, ví a T/N recién despertando, frotando sus ojos.

Dejé salir una pequeña sonrisa al verla. Dios, aveces me sentía como un inútil sintiendo esos sentimientos, pero, no podía evitarlo. Estaba perdidamente enamorado de ella, ella se había convertido en mi prioridad y debilidad...

Mientras ella iba despertando poco a poco, noté como volteo a mi dirección, y al verme, pude ver una pequeña sonrisa asomarse por sus labios.

-Buenos días...-Dijo T/N mientras se sentaba en la camilla a duras penas. Era tan linda.

Yo dejé salir una pequeña sonrisa y le dí la orden a Michikatsu de que nos dejara solos, él acató la orden y salió de la habitación. Me levanté de la camilla y fui hasta la suya. Al llegar a su lado, dejé un beso en su frente.

-Buenos días, muñeca.-Dije en tono cariñoso pero malicioso a la vez.-¿Te sientes bien?.-Dije acariciando su mejilla.

-Sí... Solo me duele el vientre por la herida...-Dijo ella viéndome.-¿Tú cuánto tiempo pasaste inconsciente al llegar acá?.- Preguntó ella mientras ladeaba su rostro.

-Un día solamente, no estaba tan grave como tú.-Dije viéndola.- De hecho... Mientras estabas inconsciente, el doctor me comentó algunas situaciones con respecto a ti... Así que, creo que es mejor que te las diga...-Dije, tomando un tono serio.-Bueno.... lo que ocurrió fue que, al tercer día de tu estar inconsciente, en las radiografías de tu vientre, notaron algo más que una simple bala... Así que investigaron más a fondo sobre eso... Y, se dieron cuenta que tú... Tú estabas embarazada... Y perdiste al bebé debido al disparo, y también por la agitación, fatiga o adrenalina de ese momento...-Dije algo nervioso pero serio mientras la veía.

Trataba de ser lo más calmado posible, pero sentía una impotencia conmigo mismo por no haberla protegido cuando era necesario.

Al decir tal cosa, pude notar como él rostro de T/N cambio de expresión a una shockeada pero a la vez con tristeza.

-Por favor... Dime qué es mentira... Dime qué es una maldita mentira, Muzan.-Dijo ella hacia mí. Yo solo solté un suspiro.

-Desearía con mi vida que fuera mentira, pero no lo es... En serio, perdóname.... Perdóname por haber sido tan marica y no haberte protegido como debería en aquel momento...-Dije acariciando sus mejillas.

Noté como las lágrimas iban asomándose por los ojos de T/N, eso hizo que mi corazón de alguna manera se rompiera.

-P...¿Pero como...? En ningún momento sentí ningún síntoma...-Dijo ella con voz entrecortada.

-El bebé era muy pequeño. El doctor me dijo que parecía que estuviera en sus primeras semanas, o incluso iniciando en su primer mes. Y cuando son muy pequeños suelen ser las semanas o meses más peligrosos... Así que... Perdiste al bebé ese mismo día...-Dije tratando de sonar calmado, pero simplemente no podía.

Verla así me rompía el corazón y me hacía sentir tan culpable...

-No... Mi niña, no me mires con esa carita...-Dije mientras acariciaba sus mejillas, notando como su respiración empezaba a agitarse.

Luego de unos segundos, sentí como me abrazo por el torso, hundiendo su rostro en mi pecho mientras rompía en llanto. Eso ya fue el quiebre para mí corazón.

-Tranquila, tranquila, mi niña...-Dije tratando de calmarla mientras acariciaba su cabello.

Ella solo seguía llorando contra mi pecho mientras me abrazaba fuertemente. Podría jurar que era la primera vez que la veía llorar.

Llegó un momento en dónde no pude seguir controlando mis emociones, empezando a sentir un nudo en mi garganta y algunas lágrimas asomarse por mis ojos. Yo no era alguien de llorar, pero esta vez no me importaría hacerlo, pero no quería llorar delante de ella.

...

No podía parar de llorar por más que tratara calmarme... Había perdido a un bebé, a mi hijo... Era un dolor incontrolable, incluso si me venía enterándome justo ahora, no me importaba. Solo con saber el hecho de que había perdido un ávida que iba dentro de mí, dolía...

Aún con la explicación de Muzan del porqué tal vez nunca sentí síntomas, no podía creerlo... Aunque... Recordándolo ahora, aquel día, cuando él me desnudo y pode ver parte de mis pechos, y noté que estaban más grandes de lo común... ¿Tal vez eso siempre fue indicio de un embarazo? Probablemente...

Unos minutos después, empecé a calmarme, separándome de él mientras limpiando mis lágrimas... Alcé mi mirada hacia Muzan mientras limpiaba mis lágrimas.

-¿Estás enojado conmigo?...- Dije aún sollozando..

-No, no, no, mi niña... No estoy enojado contigo, para nada...-Dijo él, dejando un beso en mi frente.-Al contrario... Estoy enojado conmigo mismo, fuí un completo imbécil al haberte dejado sola... Y más al saber que saliste herida y nuestro bebé murió... Saber que eso le pasó a la mujer que amo me llena de impotencia conmigo mismo...-Dijo él mirándome.

-Tal vez esto nunca hubiera ocurrido si no hubiera sido tan inútil como para soltarte la mano...-Dije mientras trataba de calmarme.

-No... No... No digas eso, tú no eres ninguna inútil... Sácate ese pensamiento de tu cabecita... No tienes la culpa de nada, mi reina...-Dijo él, agachándose a mi altura, dejando un cariñoso beso en mis labios.

Ojalá en algún futuro, si seguimos juntos, desearía volver a tener un hijo con él...

______________________________________

No sé quién me mandó a escuchar a Billie Eilish mientras escribía esto. Ahora estoy mala.
Atte: La escritora.

La Debilidad Del MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora