-M-Muzan... No..- Solté entre jadeos mientras que él besaba mi cuello con hambre y deseo.
¿Cómo fué que llegamos a eso? Bueno..
Unas horas antes...
Acabamos de llegar de nuestras luna de miel, yo iba directo a la habitación que compartía con Muzan para cambiarme de ropa. Y mientras subía las escaleras de la gran mansión, ví como Muzan estaba hablando con Daki.
Eso hizo que sintiera un pequeño pinchazo en mi estómago, no es que yo fuera de las típicas celosas y posesivas. Pero ahora como sabía los planes de Daki para hacerme la vida imposible por estar ahora con Muzan. Ahora verla hablando con él me daba... ¿Miedo? No, celos.
Tenía que admitir lo, estaba celosa, mucho. Pero no lo iba a demostrar, y mucho menos delante de alguien que ahora tenía rivalidad conmigo. Así que simplemente pase de largo y llegue a la habitación.
Unos minutos después, ví como Muzan entro a la habitación, por suerte, ya yo me había terminado de cambiar. Hasta que ví como se acercó a mí y me tomo de los muslos, cargándome y se sentó en un pequeño sillón que había en la habitación, quedando yo ahora en su regazo.
-¿Qué pasa?— Fuí interrumpida por Muzan.
-No creas que no me dí cuenta de tus celos, preciosa.- Dijo en voz seria pero calmada.-Te dejaré algo en claro. No seré un patán contigo, podré hablar con todas las mujeres que existan en este mundo. Pero nunca, nunca se me pasará por la mente serte infiel. Si me case contigo es por algo. Tu belleza me cautivo, y yo siempre tengo en claro que no puedo dañar algo a lo que amo.- Dijo él acariciando mi cintura.
-Así que, ni se te ocurra que porque este hablando con Daki te seré infiel. Porque eso nunca ocurrirá, sé sus planes para hacerte la vida imposible, pero no dejaré que te toque ni el mas mínimo cabello.- Dijo él con seguridad en su voz.
-Así que, no estés celosa. Aunque me gusta esa faceta celosa tuya, no quiero que lo estés con Daki, con alguien tan insignificante como ella.- Dijo él con una sonrisa arrogante en su rostro.
Ví como él tomó una de mis mejillas y planto un beso en mis labios, él cual yo le seguí mientras rodeaba su cuello con mis manos.
-Aunque, lo admitiré. Verte celosa por mí... Me gusta, es como si me dijeras que soy solo tuyo de forma indirecta. Y es algo que me gusta.- Dijo él, pegándome más a él.
Yo solo deje salir una sonrisita avergonzada mientras me encogía un poco de hombros.
-Eres toda mía, y te lo dejaré en claro. Mi reina...- Dijo él con una sonrisa traviesa en su rostro, tomándome de nuevo por mis muslos y levantándose de aquella silla. Y me puso con delicadeza sobre la cama.
-Eres mía, y yo soy solo tuyo. Eres mi única prioridad. Eres mi debilidad...- Escucharlo decir eso, hizo que recorriera un escalofrío por toda mi espina dorsal. Hasta que él empezó a besar mi cuello.
-M-Muzan... No..- Dije algo nerviosa, hasta que él puso un dedo en mis labios, en forma de silencio.
-Shh, tranquila, mi amor. Solo... Relájate, te haré sentir bien..- Dijo él, dejando un casto beso en mi mejilla.
Bueno... No estaría tan mal dejarme llevar...
Me deje llevar por sus besos, haciendo que de mi boca salieran algunos jadeos. Podía sentir la sonrisa de Muzan entre beso y beso.
-Eso es... Solo déjate llevar, princesa..- Escuché decir a Muzan en mi oído, en un susurro mientras acariciaba mis muslos, subiendo cada vez más.
Unos segundos después, empezó a quitarme mi falda y mi camisa, dejándome solo en ropa interior ante él.

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La Debilidad Del Mafioso
FanficEn la ciudad de Tokio, una chica de nombre T/N Hayashi, acababa de llegar a la cuidad. Ya que, al ella nacer en un pequeño pueblo de Kioto no tenía tantas oportunidades de salir adelante, saliendo de aquel pueblo para independizarse en esta ciudad...