La Debilidad Del Mafioso

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Unas horas más tarde, ya me había calmado por completo, pero aún seguía pensando en toda la situación... Era como una pesadilla de la que quería despertar, pero sabía que esto era la realidad.

-Bebé, voy a salir un momento de la habitación, vuelvo en unos minutos.-Dijo Muzan.

Yo solo asentí mientras seguía jugando con mis dedos mientras seguía metida en mis pensamientos. Trataba de no llorar por pensar todo lo ocurrido, ya tenía los ojos algo hinchados, y no quería tenerlos más hinchados de lo que ya los tenía.

-Ya deja de llorar, T/N...-Dije para mí misma mientras me limpiaba las lágrimas. Pero aún así, no paraba de salir...

Unos segundos después, escuché el sonido de la puerta, pensando que era Muzan, solo me quedé metida en mis pensamientos, pero no. No era Muzan.

-T/N...-Escuche la voz de una mujer, y de inmediato alce la mirada, abriendo los ojos como platos al ver quién era.

-M... Mamá...-Solté en un susurro. Mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas, rompiendo en llanto mientras cubría mi cara.

Unos segundos después, sentí aquellos brazos tan cálidos y los cuales yo consideraba como mi refugio.

-No llores, hija... Estoy aquí, no estás sola...-Dijo mi madre mientras me abrazaba. Yo solo la abracé con fuerza mientras lloraba en su pecho.

-Mami... Te extrañé demasiado...-Dije en voz entrecortada mientras la abrazaba.

-Y yo a tí, mi niña...-Dijo mi madre mientras sentía como dejaba besos en mi frente.

En estos momentos era como una niña pequeña buscando consuelo luego de ser castigada.

Luego de unos minutos, me calme, y le conté la situación a mi madre. Recibiendo consejos de ella y palabras reconfortantes...

-Pero... T/N, realmente necesito saber algo. ¿No estás en peligro con ese hombre?...-Dijo mi madre, sabía que se refería a Muzan.

-No, no, no, al contrario... Estoy más que protegida, te lo digo con toda la sinceridad del mundo. Él no me ha tocado ni el más mínimo cabello, lo que te puedes imaginar que hace un mafioso, conmigo es muy dulce y gentil, además de amoroso.- Dije con sinceridad.

-T/N, pero, es un mafioso, estás muy expuesta al peligro... ¿Realmente no quieres volver a Kioto?...- Dijo ella.

-No, mamá, quiero quedarme acá. Yo de verdad lo amo, él nunca me ha lastimado ni nada parecido, realmente quiero estar con él...-Dije, tratando de cambiar su punto de vista.

-Bueno... Voy a creer en tí... Pero prométeme que si ves algo raro, lo dejarás.- Dijo ella.

Yo solo me quedé callada, bajando la mirada.

-Pero... Yo realmente lo amo, él no me a hecho nada malo, mamá.-Dije yo. Empezando a frustrarme.

-Solo digo, T/N, solo quiero lo mejor para ti— Antes de que siguiera hablando, la interrumpí.

-Él es lo mejor para mí, mamá. Ya soy una adulta, déjame estar con él.-Dije frustrada. Al ver su mirada amenazante hacia mí, solo suspiré.

-Perdón, ya... Lo prometo. Pero solo quiero que sepas que lo amo y nada me hará cambiar de opinión.-Dije mientras me cruzaba de brazos.

Solo escuché una risa de mi madre mientras me veía.

-Pareces una niña pequeña aferrándose a un dulce. en estos momentos eres como una adolescente queriendo tener novio.-Dijo mi madre.

No pude evitar soltar una risa.

-Bueno... Supongo que ya te vas, ¿No?.-Dije volteándo a verla de nuevo.