Un Príncipe para Jeolbyeog

Capítulo 25: La Noche Anterior

Jang estaba dando vueltas en su bunker. Este lugar lo había construido hace años, pensando siempre que pudiera haber un conflicto entre los dos coreas. Estaban demasiado cerca para su gusto y el refugio antinuclear del lugar, le daba cierta seguridad. No estaba tan cerca de Jeolbyeog, pero lo suficiente para llegar en automóvil.

El hombre que lo acompañaba, un ruso mercenario revisaba el lugar. Serviría, pensó. Además, el entorno del resto de la propiedad, le daba un aspecto de una simple hacienda.

—Como le dije—Jang le habló en inglés al ruso—, muy pocas personas saben de este lugar. Ni siquiera saben dónde se encuentra. Y en un vehículo todo terreno, puede encontrar un paso ilegal hacia la isla de Krowen y de ahí, otro paso hacia mar abierto....

El hombre sacó su laptop e hizo clic en unos mapas. No dijo una palabra, ni siquiera miró a Jang que lo miraba expectante. Finalmente, el hombre cerró la laptop.

—Servirá.

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Jimin no podía creer que Yoongi se atreviera a besarlo en el Salón Verde. Cualquiera podría entrar en cualquier momento con todo el alboroto que había en Palacio. Eran cerca de las ocho de la noche y todos se preparaban para la cena. El ensayo general de la coronación acababa de terminar. Y salvo algunos pequeños detalles, había salido perfecto.

Un golpe en la puerta y un ligero carraspeo, proveniente de Taehyung, los hizo separarse.

—Lamento mucho interrumpirlos, pero tu auto está aquí Yoongi—. De atrás de Tae, la cabeza del Príncipe se asomó.

—Así que aquí estaban los tortolitos escondidos—. Detrás de la cabeza se asomó la de Seokjin, naturalmente que también sonreía.

—Y luego dices que Jungkook y yo somos unos descarados—. Seokjin empujó para que todos entraran.

—Ustedes se besan por todos los pasillos. Yo, al menos tuve la decencia de traerlo a un salón—le respondió un sonrojado Yoongi.

Jungkook pudo ver el rostro mortificado de su amigo. Mortificado por haber sido descubiertos, pero feliz. Él también lo estaba. Al fin ambos se habían relajado lo suficiente para hacer su relación un poco más pública, al menos para ellos. Todavía la mantendrían en privado hasta después de la coronación y luego que el Príncipe Soberano ratificara a Min Yoongi como Jefe de Gobierno.

—Además, —puntualizó Yoongi—sólo me estaba despidiendo. Debo irme, tengo que cenar con el Presidente de Corea. Realmente moriré de aburrimiento. Ese hombre es tan conservador que se escandaliza por cada política que tenemos implementada.

Jungkook lo sabía. A pesar de que el Principado había sido fundado por coreanos, no podían ser culturalmente más diferentes. Y ero será bueno y malo. Ahora, él debería tratar de traer más unidad a los dos estados. Después de todo, se suponía que tenía el mismo origen y debían ser países hermanos. Sería una de sus tareas.

Yoongi volvió a besar a Jimin, en medio de los silbidos de los presentes.

—Déjennos en paz—reclamó Yoongi. Luego de susurrarle unas dulces palabras, para que los demás no se burlaran, se alejó, para acercarse al Príncipe—. Jungkook, ¿podemos hablar un momento?

Jungkook asintió y llevó a Yoongi a otro de los salones. Lo miró expectante. El Jefe de Gobierno lucía un poco nervioso.

—¿Pasa algo? —preguntó preocupado.

—No realmente. Es sólo que ya no te veré hasta mañana cuando coloque la corona sobre tu cabeza. Yo...—Jungkook se sorprendió al ver emoción en los ojos de Yoongi. Su Jefe de Gobierno era un hombre amable, pero rara vez expresaba sus verdaderas emociones. Al menos frente a él. —No sabes lo que esto significa para nosotros...hace unos meses la noticia de la muerte deJae-Hwan nos destruyó...no sabíamos qué iba a suceder con esto...con las princesas, con nuestras vidas y las del principado. Pero, luego apareciste tú y creerme que, a pesar del dolor de haber perdido a mi Príncipe y amigo, el encontrarte y conocerte ha sido precioso. Me siento muy honrado de poder llamarte un querido amigo.