Yoongi había conocido a Seokjin en la universidad. Ambos se encontraron en la misma carrera: Ciencias Políticas. En un principio ninguno se había acercado al otro, ambos introvertidos y hasta un poco asociales. Pero al mes de clases y cuando el profesor de historia les pidió un trabajo grupal, ambos se encontraron sin ninguno. Y entonces notaron que Kim Namjoon, el chico alto y algo torpe tampoco tenía. Se miraron los tres, sonrieron y desde entonces nunca más se separaron. Luego, Seokjin se los presentó a su mejor amigo, quien resultó ser nada más y nada menos que el Príncipe Heredero Jae-Hwan. Y aunque éste era unos años mayor, encajó de inmediato. Y se volvieron inseparables.
Por lo tanto, Yoongi, conocía desde hacía más de doce años a Seokjin. Se podía decir, que ambos eran muy diferentes, pero parecidos a la vez. Y con el paso de los años, habían aprendido a leerse el uno al otro. Era difícil para ellos ocultarse algo. Por eso, ahora el Jefe de Gobierno miraba a su amigo y sonreía. La forma cómo se movía alrededor del Príncipe era curiosa. Todo nervioso y sonrojado, cada vez que éste le sonreía o le decía algo gracioso. Nunca había visto a su amigo de esa forma.
En los doce años que conocía a Seokjin, él había tenido tres relaciones. Debido a su carrera política, no habían prosperado porque su tiempo estaba enfocado en conseguir un puesto en el consejo y más tarde, se convertiría en el Jefe de Gobierno del Príncipe Soberano. Seokjin en el mismo tiempo no había tenido ninguna. Claro que lo había visto con un par de hombres saliendo del bar donde a veces iban a beber y buscar compañía. Pero nada más. A veces incluso se preguntaba si Seokjin era asexual o arromántico. No había llegado nunca a preguntárselo, pues el Secretario era demasiado privado respecto a este aspecto de su vida. Estaba seguro que ni siquiera Jae-Hwan lo sabía.
Por eso verlo ahora actuar alrededor del simpático muchacho que resultó ser el heredero al trono era un espectáculo. Seokjin no lo sabía, pero él lo observaba. Y lo que veía era a un Seokjin como siempre serio y rígido, pero con una pequeña mueca que parecía ser una sonrisa. Mejillas sonrojadas al igual que la punta de sus orejas. Y eso porque Jungkook estaba jugueteando a su alrededor. Yoongi se sorprendió de ver a su amigo. Parecía encantado por las tonterías que hacía Jungkook y que básicamente eran boxear con un ser imaginario o simular estar en un karaoke. Todo esto, mientras lo terminaban de maquillar y Seokjin intentaba que repitiera el discurso.
Efectivamente, El Príncipe Heredero era inquieto y movedizo. Especialmente en situaciones como estas, en la que la ansiedad querían devorarlo. Eso de hablarle a una cámara no era lo suyo y el que Seokjin estuviera todo el tiempo repitiéndole las palabras que tendría que decir lo tenían todavía peor. Por eso elegía botar su energía con juegos que notaba que a su Secretario le ponía los nervios de punta.
—Su Alteza si se quedara un momento tranquilo, podríamos repasar los últimos detalles—. La maquilladora se había retirado y ahora Jungkook parecía retomar un poco de calma.
Yoongi y Jimin, sentados uno al lado del otro se reían de ambos. De su particular dinámica.
—Está bien Seokjinnie, vamos a repasar ese discurso—. Las orejas de Seokjin se pusieron todavía más rojas al notar que Jungkook lo había llamado con ese nombre ridículo frente a Yoongi y Jimin. Sin embargo, éstos hicieron como que no se habían dado cuenta de nada.
Y cuando al fin Seokjin logró que Jungkook se sentara, la puerta del salón se abrió para dar paso al canciller que entró muy alegre, saludando al joven Príncipe.
—Jungkook, buenos días, ¿cómo va ese discurso?
—¡Hyung viniste! —Jungkook le dio un abrazo a Namjoon y entonces fue ahí cuando Yoongi lo notó. La mueca de desagrado de Seokjin. Trató de leerlo. De entender. Podría ser que estuviera irritado porque el Príncipe había llamado "hyung" a Namjoon. Era con el único que utilizaba el honorifico, pero no era la primera vez. Y Seokjin en anteriores ocasiones parecía ya no importarle. Por lo tanto, esa irritación probablemente tenía más que ver con la forma alegre y cariñosa con la que reaccionó el Príncipe a la llegada de su Canciller. ¿Celos? ¡Nah! Pensó Yoongi, apenas llevan conociéndose una semana...sin embargo...
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Un Príncipe para Jeolbyeog
RomantizmEl pequeño Principado de Jeolbyeog necesita un Príncipe. Jungkook necesita encontrarle un sentido a su vida. Seokjin no sabe que necesita desesperadamente a Jungkook. Historia Original Capítulos Cortos Jinkook No se aceptan adaptaciones