29. En la guarida del demonio de cabello rojo

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Un dolor en el vientre bajo no avecinaba nada bueno, estaba por cumplir siete meses y todavía la gestación, o eso creía Rin, estaba Incompleta. Tenia miedo, mucho miedo que su hija naciera bajo esas circunstancias.

Ame solo caminaba de arriba para abajo mientras discutía tanto como con el anfitrión de ese lugar como con aquella mujer tan pálida que solo la miraba con desprecio y hasta podría decirse asco.

-Es increíble la poca dignidad que tienes Kirin- dijo la demonio molesta- cómo es posible que hayas profanado nuestro hogar con una mujer humana y más si se trata de la mujer de Sesshomaru, y por si fuera poco, con la que te ibas a casar.

-Querida hermana, tú menos que nadie debe de hablar de dignidad, ¿No es que eres la amante del general? Así que cállate, porque si Sesshomaru se entera que quizás tú sabías los planes que tenía Taisho, te va a matar y yo esta vez no pondré las manos por ti.

-¡Ya te dije que ese bastardo jamás me dijo nada!- gritó- ¡Por mi que se pudra en el infierno junto con Sounga que fue el que lo corrompió!

-Podrían… por favor dejar d-de gritar- dijo una Rin muy cansada- Ame necesito ayuda- dijo aún sentada- me estoy sintiendo muy mal y creo que ya viene mi hija.

-¡Y para el colmo está entrando en labor de parto!- volvió a gritar la demonio- Sabes que detesto a los hanyos Kirnmaru.

-¿Los detestas? ¿Y porque tuviste a tu hijo entonces? Es mejor que te calles y largues Zero, no querrás estar aquí con Sesshomaru, así que vete.

-Demasiado tarde- dijo Ame al reverenciarse- Mi señor, la señorita Rin ha entrado en labor de parto, es urgente llevarla con una partera.

-Con la señora Kagome- dijo Rin- por favor.

-No es lo más conveniente Rin- Dijo Sesshomaru tomándola en los brazos-ella no puede traer a nuestra hija está en otros asunto- pero fue interrumpida.

-Escúchame bien Sesshomaru- dijo enfadada- no supe por ti en meses y aunque todo esto haya sido un mal entendido, sigo molesta contigo- decía agitada- así que vale más que me lleves con Kagome a que me ayude a traer a nuestra hija es en la única que…- pero la joven no terminó de decir la frase cuando empezó a cerrar sus ojos.

-¿Rin?- dijo Sesshomaru viéndola y sintiendo como su respiración cada vez se hacía más débil- ¡Rin! ¡Maldición!- rápidamente el demonio coloco a la joven en un futón que había colocado Kirinmaru especialmente para ella.

-Aléjate de ella Sesshomaru- dijo Inu No Kimi llegando al lugar- Está muriendo.

-¡Eso lo sé maldita sea!- bramó el demonio- ¡Necesito que alguien la ayude!

-Lo haré yo- dijo Inukimi- es lo mínimo que puedo hacer, así que aléjate de ella.

-¿Crees que confió en ti?

-¡Está muriendo estúpido!- grito Inu No Kimi- Ya habrá tiempo si me crees o no, pero si no te quitas para ayudarla te juro por el alma de tu padre que está ardiendo en el infierno, que te sellaré ahora si toda la eternidad, así que muévete.

A regañadientes el demonio se alejó de Rin y vio como su madre sacaba una pequeña botella de la manga de su kimono, dicho frasco lo paso por la nariz de la joven que despertó inmediatamente.

-¿Qué es eso?- preguntó el demonio.

-Un brebaje que no discutiré contigo- dijo Inukimi- ahora salte de aquí que traeré a mi nieta a este mundo.

-Estas loca Inukimi no me iré.

-Hay veces que me pregunto si los dioses me castigaron por haberme casado con tu padre- dijo tocando su frente- siempre dije que no, pero al verte comportarte como el humano más estúpido que he conocido pienso que si lo hicieron. ¡Por una vez en tu vida Sesshomaru déjame hacer las cosas sin fastidiar! ¿O piensas dejar que tu mujer y tu hija se mueran por falta de una partera? Y antes que digas que no se nada de esto, es mejor que te calles. Ahora largo de aquí.

En mi eternidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora