Jaken había tardado al menos tres días para encontrar a su joven amo, lo cierto es que seguirle el paso a su señor era demasiado difícil, pero después de lo que creyó una eternidad, pudo encontrarlo en un sendero en el cual reposaba mirando hacia el horizonte.
-Si estas aquí es que algo pasó, habla Jaken.
-Bue-bueno amo, es que si ha pasado…- dijo nerviosamente.El demonio volteó hacia donde se encontraba el pequeño hombrecillo, contempló que estaba demasiado nervioso. Si algo había pasado.
-Dilo de una vez, no lo repetiré- volteó de nuevo a ver el horizonte.
-El reloj que con tanta dedicación he vigilado por usted, al fin paró.
Sesshomaru sólo agrandó sus ojos de la impresión. Por fin el reloj había parado. Eso quería decir que el alma ya había nacido. Estiró su brazo para agarrar al pequeño demonio del cuello.
-¿Cuándo paró?- dijo.
-A-Amo- dijo el pequeño a punto de asfixiarse- ha-hace cu-cuatro días- aseguró.
El demonio como era de esperarse se enfureció, obviamente su inútil sirviente había fallado en no avisarle cuanto antes lo que estaba pasando, tenía las ganas infinitas de aplastarle la cabeza… pero no lo haría por ahora, Jaken le servía.
-Por tú bien Jaken, espero que la encuentre, sino yo mismo me encargo de llevarte hasta las puertas del infierno, ¿Entendiste?- dijo el demonio soltando al pequeño renacuajo.
Había tardado más en caer al suelo, que el que Sesshomaru desapareciera inmediatamente de aquel sitio. Bueno, debía de seguirlo, era su deber como su fiel sirviente.
…
Sesshomaru había llegado a una parte del bosque para poder percibir algo, pero sólo sentía confusión. Su olfato no revelaba nada fuera de lo común, su instinto tampoco lo hacía sentir diferente, ¿Qué demonios?
Él sabía que tenía que ser diferente, mucho tiempo se lo habían dicho, pero todo era igual, se sentía igual, eso lo estaba desesperando porque por más que buscara con sus sentidos, no podía encontrarla.
Sus ojos no lograban ver más allá de lo que él deseaba, ¡Maldito Jaken! Por no avisarle a tiempo no podía encontrarla, quizás hasta muerta ya esté. Asesinaría al pequeño hombre cuando lo tuviera frente a él.
Buscaba por cada rincón, pero era como buscar una aguja en un pajar. El alma pudo haber nacido en cualquier parte de ese enorme territorio. Quizás pasarían años para encontrarla y cuando lo hiciera, sería demasiado tarde. El demonio no sabía qué hacer.
Muy lejos de ahí Inu No Kimi veía a través de la Piedra Meidō con bastante burla la situación de su hijo, el pobre estaba tan confundido que no sabia ni por donde buscar, perfecta situación para hacerse presente y burlarse de él un poco más, se llevaría una gran sorpresa cuando se diera cuenta que por más que buscara no la encontraría hasta que fuera lo suficientemente digno.
Pero la cuestión era ¿Podría Sesshomaru serlo? Había cambiado bastante, pero no era suficiente. La mujer volvió a sonreír “lastima que no estés Toga, te reirías de la situación de nuestro hijo, quién lo iba a decir”, pensó la demonio.
-Ame- dijo en un tono calmado.
De inmediato se hizo presente aquella niña que había llamado en el bosque. La pequeña criatura estaba hincada esperando la orden de su señora.-Dígame su señoría.
-Vigila el palacio, saldré. Si necesito de tus servicios te llamaré, ¿Ya está activo el relicario? ¿Verdad?- dijo la mujer guardando su collar en sus ropas finas.

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En mi eternidad
Hayran KurguEl gran demonio Sesshomaru fue condenado por su padre y su madre a amar un alma que lleva siglos guardada en el inframundo... el alma de un humano... o humana. En toda su eternidad jamás el demonio se había sentido tan desesperado y frustrado por n...