cincuenta y cuatro

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No fue hasta unos días después que Jisung se dio cuenta de que estaba buscando un lugar complicado.

No fue un centro de hospedaje ni un hospital desde donde lo contactaron. Era una pensión a 20 kilómetros de aquí.

Fue una suerte haberle pedido al secretario Kim  que se mantuviera en contacto con todos los alojamientos a los que Chenle pudiera acudir.

Desde el lugar donde aterrizó el helicóptero, se habría contactado con todas las pensiones, moteles, hoteles y otros alojamientos de las ciudades de alrededor bajo el nombre de ‘Keystil Leisure’. La mayor empresa de ocio de Corea estaba pidiendo ‘cooperación’, por lo que ninguna empresa de alojamiento se atrevería a negarse.

Y no fue hasta más tarde que el dueño de la pensión se puso en contacto con él, diciendo: ‘Creo que es él’.

Jisung corrió hacia allá tan pronto como recibió la llamada. Pero, como era de esperarse, no pudo encontrar a Zhong Chenle. Y todos los lugares alrededor de la pensión eran bosques.

“Me comunique con usted de inmediato. Como nos pidió repentinamente que buscáramos a alguien, estábamos un poco sorprendidos”.

Jisung se quedó mirando el bosque que se extendía fuera de la pensión mientras el dueño miraba hacia otro lado, expresando su molestia e incomodidad. Luego abrió lentamente la boca.

“…¿Dónde está el otro alojamiento más cercano?”

***

En verano, los bichos daban tanto miedo como los animales cuando se viajaba por las montañas. No hay muchos insectos venenosos peligrosos en Corea, pero había que tener cuidado.

Por esta razón, Chenle vestía ropa larga. Estaba sudando un poco, pero el sol no estaba tan potente hoy, así que era un buen día para caminar.

Aunque este último tiempo la ha pasado muy mal, se sintió un poco triste por un breve momento cuando pensó en ello, pero se consoló a sí mismo pensando en que no había necesidad de forzarse a tener malos pensamientos.

‘Es simplemente genial huir de ese bastardo’.

Chenle decidió tener confianza. No faltaba mucho para el próximo viaje.

Aunque quedarse a vivir en el campo hasta que se olviden de él también era una posibilidad, no quería vivir como si estuviera muerto. ‘¿Qué habré hecho mal?’
‘Me voy al extranjero’.

Tenía pensado huir un poco más y luego partir hacia algún país extranjero. No pretendía vivir en este país para siempre con miedo y ansiedad.

‘Solo espera y verás, yo seré el único que nunca volverá a pisar esta tierra.’

Chenle se detuvo por un momento y miró hacia arriba. Como lo tenía previsto, pudo ver un pequeño edificio.

El lugar que eligió esta vez no era una pensión, sino un goshiwon en las montañas. Sabía, desde que trabajaba en una agencia de viajes, que hay lugares donde se aloja la gente que necesita estudiar desesperadamente, o incluso cuando quieren cortar su relación con el mundo. Ahora que tenía que ahorrar dinero, no podía dormir siempre en una habitación con bañera privada.

Se parecía a un centro de formación al que solía ir cuando estaba en el instituto, pero era mucho más limpio que eso. Los gatos que parecían vivir en este edificio fueron los primeros en recibir a Chenle.

Chenle dijo que quería hacer una reserva para un periodo corto de tiempo y luego solicitó una llamada telefónica. Originalmente, no lo habría utilizado. Era como gritar para que encontraran el número de teléfono del alojamiento. Pero esta vez fue un poco diferente.

ㅤㅤㅤㅤ99.99% 𝗹𝘃𝘀ㅤㅤ! 罪 ¡ㅤㅤ𝗃𝗂𝖼𝗁𝖾𝗇ㅤDonde viven las historias. Descúbrelo ahora