sesenta y dos

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Jisung llevó a Chenle al complejo turístico prometido. Tal y como se había indicado, el resort estaba vacío y tranquilo.

“Wow…. Siento como si estuviera usando la misma mansión que vi en una película”.

Como antes solía trabajar para una agencia de viajes, ha estado en muchos complejos turísticos, pero era la primera vez que venía a un lugar vacío sin clientes.

“Escuché que la comida en el Hotel Keystil era de tu agrado. El chef favorito del Sr. Chenle siempre estará esperando en el restaurante, así que no dudes en decirme si quieres algo”.

“¿Qué? Me gusta, pero… ¿Qué pasará con el hotel?”

“No hay sólo un chef en Corea, así que no te preocupes. ¿No es la comida del Sr. Chenle más importante que el restaurante de un hotel?”

Chenle se sorprendió por dentro. ‘¿No estará pensando en cambiar todo el funcionamiento del hotel, cierto? Aunque, aún si lo hiciera, estoy seguro de que ya ha ganado suficiente dinero como para poder vivir sin preocupaciones toda su vida’.

De repente, sintió un pequeño tirón en el bajo vientre, así que puso una de sus manos sobre su estómago.

‘Bueno, es hora de que alguien se preocupe por alguien’.

‘Yo soy quien tiene que preocuparse de sí mismo, ya que estoy embarazado con este tipo de cuerpo y sufriendo…’ Al entrar en el edificio, Jisung le miró preocupado.

“¿Estás bien? ¿Está todo bien?”

“Sí, solo siento como un pequeño tirón”.

“¡Dr. Choi!”

En cuanto escuchó las palabras de Chenle, Jisung miró hacia atrás y Chenle se tapó los oídos por reflejo. ‘Oh, Dios mío, cualquiera pensaría que estoy sufriendo de una enfermedad mortal’.

Tanto el Dr. Choi como el ginecólogo tuvieron que hacer un escándalo en el vestíbulo para examinar la condición de su cuerpo antes de que Chenle pudiera entrar en la habitación.

Y tan pronto como Jisung entró detrás de él, miró cuidadosamente en todos los lugares. La visión de él barriendo el marco de la ventana con la punta de los dedos al igual que por encima de la televisión, le hizo pensar a Chenle que su obsesión no se había ido a ninguna parte.

Desde su punto de vista todo parecía limpio y bien organizado, pero a pesar de eso no pudo relajarse porque Jisung ya había llamado al personal y les había ordenado que volvieran a limpiar.

“Bueno, yo sólo quiero descansar tranquilamente…”

Cuando Chenle, desinteresadamente, sacó a relucir sus palabras con cuidado, sólo entonces le quitó importancia a toda la situación con los empleados. Incluso pensó que era un alivio haber entrado como trabajador de MaruTour, en vez de Keystil Leisure.

La vida en el complejo era lujosa y confortable. Con todos los Blu-ray instalados, Chenle pudo ver documentales de exploración durante todo el día. Y mientras él pasaba el rato viendo documentales, Jisung trabajaba en su computadora portátil. A veces iba al vestíbulo para tener reuniones con el secretario Kim.

El problema eran las náuseas matutinas. Incluso después de llegar al resort, las náuseas matutinas de Chenle no se detuvieron. En general, las madres suelen tener náuseas matutinas durante unos días, o a veces durante mucho más tiempo. Pero en el caso de Chenle, como su cuerpo era mucho más débil que el promedio, tuvo que luchar bastante para poder soportarlas.

Sin embargo, no podía hacerlo por el dolor que le provocaban las náuseas con tan sólo mirar la comida. Por esta razón, Jisung siempre se enfadaba y maldecía al médico cada vez que tenía náuseas.

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