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veinte

“¿En qué clase de relación crees que estamos…?”

Cuando le preguntó conteniendo sus lágrimas, Park Jisung arrugó su frente con vergüenza.

“Bueno, creo que Zhong Chenle y yo tenemos una relación muy unida.”

Jisung se acercó a él. Sujetó sus muñecas y le sonrió suavemente, mostrando un rostro reconfortante.

“Chenle se toma todo el procedimiento muy en serio, así que si lo deseas, podemos ir primero con el registro del matrimonio. Haré todo lo que quieras. Sólo da a luz a un niño.”

Chenle siempre se ha considerado a sí mismo una persona amable y gentil. Pero esta vez, no podía soportar su enojo. Apartó sus muñecas y se levantó. Los ojos confusos de Lee Hwan lo miraron.

“¡Da a luz a tu propio bebé, maldito loco!”

Le lanzó el ramo de begonias que tenía a su lado en la cara. E ignorando toda la atención de la gente alrededor, se dio la vuelta y salió.

Salió del edificio directamente hacia la calle. Ya hacía calor a esa hora, pero de igual forma tuvo que caminar mucho hasta la parada del autobús.

Después de una larga caminata, miró hacia atrás. El edificio de la cafetería parecía pequeño, pero la cara de Park Jisung seguía siendo visible. Park Jisung también sabía que si caminaba por mucho tiempo, le faltaría el aliento y estaría cansado. Sin embargo, ni siquiera dijo una palabra para ofrecerse a llevarlo. Ahora que lo pienso, nada de lo que me dijo hoy parecía una disculpa. Eso significaba que nunca me llamó para disculparse en primer lugar.

“Ni siquiera lo entendiste…”

La tristeza llegó tarde. Incluso si trataba de soportarlo, las lágrimas seguían cayendo. No pudo parar de limpiarse los rincones borrosos de los ojos con el puño.

“¡Maldito bastardo!”

La conclusión fue esa. Park Jisung era en realidad un auténtico hijo de puta. Se reunió conmigo solo para tener sexo. Y mi mayor error fue no reconocer lo morboso y calculador que era en realidad este hombre.

Estúpido, Chenle. Zhong Chenle se regañó a sí mismo una y otra vez. Cuanto más lo hacía, más hería sus propios sentimientos.

***

Después que salió corriendo después de escuchar toda esa mierda en el café, al día siguiente, Jisung lo contactó en repetidas ocasiones pero Chenle no respondió ninguna. No podía contestar. Porque no sabía qué decirle.

Quería hablar con alguien y obtener asesoramiento, pero no sabía cómo. ¿Qué es lo que podría decir? ¿Qué el director ejecutivo de Keystil, Park Jisung, le pidió que diera a luz a un bebé? De seguro nadie lo creería.

‘Yo tampoco puedo creerlo.’

Chenle exhaló un largo suspiro y se acostó en la cama. El techo de la habitación amarillento y manchado parecía resentido. Tomó una licencia por enfermedad y se quedó en casa, pero tenía que volver a trabajar mañana. Sin embargo, Chenle no tenía confianza para volver a su vida diaria.

Si era honesto consigo mismo, Chenle en realidad se sentía muy feliz estando con Jisung. Le gustaba su maravillosa sonrisa, sus ojos marrones mirándolo, y su suave olor a perfume.

¿Cómo me acabó gustando tanto?

El pensamiento de aquello lo hizo sentir muy triste. Definitivamente debe haber algo malo en su cabeza.

“Ah…”

Mientras se ponía una almohada en la cara y hacía sonidos sin sentido al patalear, el teléfono celular vibró junto a su cama. Revisó la pantalla de cristal transparente por si era algo relacionado con el trabajo. Había un mensaje del Director Ejecutivo Park Jisung.