Capítulo 22

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Danielle

Los días pasaban bastante rápido, la dinámica estando en trayecto es diferente a cuando estábamos en un punto fijo. Ahora solo asisto a Maurine en lavar los platos, no hay heridos así que tampoco asisto a Lauren, la mayor parte del día me la paso entrenando. Adalia no ha despertado todavía, cada día que pasa la tensión es más evidente en el campamento. Pensé que la situación iba a mejorar cuando Erion despertara, pero no fue así.

Todo el mundo supo lo que pasó en cuanto regresamos de buscar el antídoto con nombre raro. Son muchas las miradas que me miran con desprecio u odio. Yo sé que las merezco, lo que hice estuvo mal. Pero había una cosa que me consolaba, en un par de días podré ver el castillo de los Ravenscroft. Estaré con Aysha en su aniversario de muerte.

Habíamos llegado a nuestro siguiente punto de campamento, todos habían cenado y ya había terminado de lavar todo, solo me faltaba comer. Vi que todos estaban juntos en la fogata, asi que decidi acercarme solo lo necesario, no estaba en humor para recibir miradas mientras como.

–El jefe cada día está más insoportable. –era la voz de un chico, no supe identificar quién.

–¿Y lo culpas? Te recuerdo que el amor de su vida, la única que logró domar a la bestia, está en coma. –Su amigo contestó. –Todo por culpa de una incompetente novata que no supo diferenciar algo tan basico.

–No sabes como me alegra que hayan destituido a alguien tan inutil de la cocina, y pensar que ella nos preparaba la comida. Pudimos haber sido nosotros los envenenados.

–Y nos habrian ahorrado tantos suministros, imbeciles. –Era Erion, me levanté un poco de mi lugar para ver dónde estaba. Estaba detrás de ellos, los chicos se levantaron de golpe y empezaron a tartamudear. –Se les olvida que ustedes cometieron bastantes errores cuando llegaron.

–Ninguno hirió a nadie.

–Callate el maldito hocico Oliver, mandaste a 3 a la enfermería solo porque no pudiste apuntar bien con el arco.

Su voz era bastante seria, no podía ver su rostro, pero seguro tiene su cara enojada. La que tiene arrugas cuando frunce las cejas, la mirada fija y siempre alza la mandíbula para establecer posición. Conozco muy bien esa cara, la veía casi todos los días.

–Y tu Paul, que fuiste tan estúpido al liderar mal a tu equipo en una mision; llevandolos tan cerca de los soldados rojos, todo porque leíste mal el mapa.

–¿Cuál es tu punto Erion? Creí que la odiabas.

–Sí, ¿por qué la defiendes? Ella fue la que te envenenó.

Un silencio sepulcral llegó al ambiente, sé que a estas alturas debería irme, dejar de escuchar la conversación ajena. Pero también quería saber ¿Por qué me está defendiendo?

–Eso no te concierne Paul, si la odio o no es mi problema, no tuyo. –Ah la voz de "soy paciente, pero no tanto", allí fue cuando me di cuenta que su regaño no iba a durar mucho ya, ahora va a pedir que se vayan. –Mi punto es, que no escupan para arriba hablando mal de los errores ajenos, que ustedes no fueron los ejemplares de la excelencia cuando estaban entrenando.

–Erion. –La voz de Yun se hizo presente. Pude sentir como todos en la escena nos tensamos, estos días ha estado muy irritable y puedo entender el por qué.

–Jefe. –dijeron los tres al unísono.

–Paul, Oliver; quiero creer que han terminado de afilar las hachas y las espadas, ya que los veo tan calmados discutiendo. Erion, ¿no deberías estar descansando?

Un par de carraspeos, me dieron a entender que estaban incómodos. Ahora más que nunca me dedique a comer en silencio, si Yun se entera que estoy acá me va a regañar.

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