Capítulo 6

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Danielle

Desperté un par de horas después, aún tenía puesta la capa de Adalia, mi albornoz y mi camisón, el catre era más cómodo de lo que pensaba, cuando desperté justo dos chicas entraron; una pelirroja alta y una rubia bajita, se notaban conmocionadas.

−Así que... eres la libertadora −No lo dijeron en un mal tono, pero se sentía acusatorio.

−Danna tenía razón, tienes ojitos de ciervo. −dijo la chica pelirroja −Me llamo Delilah, ella es Valeria, seremos tus compañeras junto con Danna y Cassie, bueno al menos por hoy, no sabremos si también te tendremos como compañera en el campamento general. −Se sentó a los pies de mi catre y la otra chica se mantuvo al margen.

−Soy.. soy Lia− nunca había tartamudeado, mi padre dice que una futura reina tiene que proyectarse y hablar con claridad y suelo hacerlo, pero justo ahora con mi nuevo nombre, no pude evitar hacerlo

−¿Ya comiste algo?− pregunto Valeria, negué con la cabeza −Bueno deberías, en un rato cierran la cocina y créeme querrás aprovechar eso, como ellos se irían en la segunda ronda cerraran pronto, te recomiendo que vayas ya −¿Segunda ronda? Me acomodé para poner el pie sano en el suelo y dejar el lastimado acomodado. Trate de moverlo un poco y ya no me dolía tanto, pero trate de no moverlo tanto.

−¿Qué te paso? −preguntó Valeria viendo mi pie, desconozco que cara puse porque de inmediato me dijo −Perdona, seguro es delicado, pero es que tenemos mucha curiosidad, los jefes no suelen dejar que los liberadores de prisioneros se queden con nosotros.

De las dos, Valeria era la que más seria parecía, y no me equivocaba. Si ellas ya saben que fui yo quien libero a Woodrow, seguro también lo sabe el demonio. 

–Valeria para, ya escuchaste al jefe, no debemos molestarla, él ya hablara con ella. –Delilah se levantó y busco algo en el cofre que estaba frente su catre, saco una camisa y un pantalón de cuero, junto con un chaleco y un listón para el pelo.

−Ten toma esto, en lo que lavas tu camisón y consigues más ropa, cerca del campamento general hay un mercado, estoy segura que allí podrías obtener ropa para ti, creo que somos de la misma talla, claro que me estoy basando enteramente en la vista. −Valeria, hizo lo mismo y saco unas botas que se veían cómodas y unas medias.

−Pruébatelos, también me base en vista teniendo en cuenta que estas descalza, estaremos afuera en lo que te vistes. −Dicho y hecho, salieron tan rápido como llegaron y me dieron tiempo a vestirme.

Intente pararme para hacer control de daños y ver si mínimo podía pararme para cambiarme y... sí me dolía pero podía mantenerme en pie. Cuando logré cambiarme pude notar que la ropa de Delilah me quedo un poco ajustada y lo zapatos eran un poco grandes, pero a estas alturas no estaba en posición de quejarme, en medio de los catres había un pequeño tocador de madera y allí había dos cepillos, me toqué el pelo solo para ver qué tan enredado y supe que tenía muchos nudos.

Caminé despacio, hacia el tocador y me senté en el pequeño taburete y ¡dioses míos! Tenía la cara toda pálida, rasguños en la cara, la boca seca y ojeras muy marcadas, sin mencionar que tenía hojas y unas pequeñas ramas en el pelo.

Ahora entiendo porque entraron a preguntarme sobre qué me paso, que una extraña aparezca toda demacrada con el pie envuelto en piezas de lino y que nada más vestía con un camisón, no es algo usual de ver. Trate de arreglar mi apariencia lo mejor que pude, cepille mi cabello y la subí a una cola alta con un listón que había y deje un par de mechones fuera para que me enmarcaran la -ya no tan demacrada- cara. Cuando me acerqué a la salida pude escuchar como murmuraban

–Sabes, yo no la veo como una amenaza –Esa era la voz de Delilah

–No lo sé Lila, es muy sospechoso todo esto, ponte a pensar. La jefa no le hizo nada después de haber liberado a alguien que llevamos meses buscando y la deja unirse a nosotros. Aunado a eso el jefe acepto la decisión y nos pide que no le hagamos nada, es raro. –Esa era la voz de Valeria, ¿el jefe? ¿se refiere al demonio? Al salir las vi sentadas frente a la tienda, pero al escucharme salir se levantaron de inmediato.

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