Capítulo 16

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Aysha

Después del entrenamiento de Danielle con Erion, tuve que arremangarme las mangas y ponerme a trabajar, ya he estado desperdiciando demasiado tiempo en tonterías, tengo que hacer el maldito inventario.

Llegue a la taberna, allí es donde tenemos nuestro inventario personal, solo que se encuentra en la bodega del sótano. No teníamos mucho, la mayor parte es donación por parte del pueblo en el que estamos para no pasar hambre en nuestro recorrido.

Lista de provisiones al llegar al campamento

Sacos de papas

Sacos de cebollas

Sacos de tomates

25 Manzanas

82 Higos (A nadie le gustaba el higo)

33 Arándanos

Estaba justo a la mitad cuando escuche la voz de Carl, el cocinero.

–Jefa, los soldados rojos. –¿Tan temprano?

–¿Dónde está el jefe?.

Carl solo se limitó a alzar los hombros, Sara estaba arriba y ella al escuchar los caballos bajó rápidamente a mi lado. Ya sabe el proceso, no hablamos, nos quedamos quietas a menos que la situación escale. Muchas veces no tiende a escalar, solo son abusivos verbalmente, pero desde que notaron el patrón de que si lo destruyen lo pagan bajaron mucho el nivel de violencia.

–Mamá, ¿tienes que subir? –Su mano me sujetaba fuertemente la muñeca, me agaché a su nivel y le acaricie la cabeza.

–Por ahora no corazón, nos quedaremos aquí hasta que se vayan ¿está bien? –Ella asintió, empezó a voltear a sus manos y me miró aterrorizada.

–Mami, el señor cone no está.

Seguro lo dejó arriba, ella no puede estar sin ese conejo. Le acaricie la cabeza y me acerque para susurrarle al oído.

–Mi niña, necesito que me esperes, iré por él no tardare ¿entendido? –Ella asintió y me soltó la mano lentamente.

Subí las escaleras y abrí la puerta que conecta hacia la taberna, lo suficiente como para escuchar lo que sucedía, solo podía ver los pies de Carl no se escuchaba gran cosa. trate de arrastrarme fuera lo más silencioso que pude.

Carl me notó y se agacho para verme a la cara.

–Jefa, ¿qué planea? –lo mire seria y le puse la mano en el hombro, no planeaba salir de aquí pedirle que me trajera el conejo y ya está ¿Fácil, no?

–Carl, ocupo un favor.

–Lo que sea jefa, dígame.

–Mi niña dejó un conejo de tela y algodón en la silla donde estaba, ¿me lo podrías traer? Es importante para ella. –Él asintió, cuando se levantó fue cuando se escuchó la llegada de los soldados, me recosté detrás de la barra. Carl siguió caminando hacia las mesas y sillas.

–Buen día oficial ¿Ya tan pronto es 18? –su voz no denotaba nervios, no sé qué está haciendo.

–Carl, ya sabes el proceso, danos el dinero y nos vamos. No queremos hacerte daño. –Se escuchaba joven, tal vez sea nuevo.

–Entendido, pero tengo que limpiar esto primero, no faltan los clientes que dejan todo tirado como si fueran sus casas. –volvió con el conejo en la mano, se agachó para darme el conejo y para tomar el dinero.

Les dio la bolsa, solo pude escuchar como contaban las monedas. Yo estaba respirando normal, trato de no causar ningún tipo de ruido mientras observaba la puerta de la bodega. Ya me tarde mucho, espero que Sara esté bien.

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