Razones que odio de vos [Giamila]

Capítulo 4: ¿Cupido?

Geografía es una materia que me cuesta, y me frustra que sea así, prefiero fingir demencia a que tener que admitir que reprobé mi último examen. Para el recuperatorio tengo que aprobar sí o sí.

—Tengo que buscar ayuda —suspiro, sentándome en mi asiento. Valen a mi lado levanta la vista del libro de geografía y me presta atención— ¿A quién le puedo pedir que me ayude a estudiar? No entiendo un carajo amiga.

—Pedile al que sacó mejor nota en el último parcial —dice Celeste, la chica que se sienta frente a mí, volteando a vernos— Perdón, estaba escuchando.

—¿Y quién sacó la mejor nota de acá?

—Gian.

Comienzo a reírme en su casa, porque parece una broma, pero cuando Celeste no se ríe conmigo me detengo, completamente seria.

—¿En serio ese tarado sacó la mejor nota?

—Te lo juro boluda.

Volteo a ver a Gian, sentado al lado del vegano, perdido en alguna conversación. No puedo creer que ese tonto sea el que tenga mejor nota en geografía, parece un chiste sin gracia del universo, porque ahora voy a tener que rogarle de rodillas para que me ayude y pasar vergüenza delante de mí peor enemigo. Él parece presentir que lo estoy insultando en mi mente, porque mira en mi dirección, confundido. Lo veo sacar su celular del bolsillo, escribir algo y dejarlo sobre la mesa, mientras que el mio comienza a sonar con un mensaje de su parte.

"El gran idiota: ¿Por qué me miras con esa cara de loca?"

"Camila: Porque mirar el gratis boludo, ¿te molesta?"

"El gran idiota: Me peleas demasiado, pero te gusta mirarme"

Gian sonríe desde su asiento al verme rodar los ojos. No, no me puedo humillar de esa manera al frente de Gianfranco. Vuelvo a ver mi examen, con el cinco en rojo arriba de todo.

—Tenes que dejar de lado tu orgullo y pedirle ayuda. —habla Valen, prestando atención a la situación— Ya estudian juntos casi todos los días, seguramente dice que sí.

—No lo conoces, estoy segurísima que me dice que no nada más para molestarme y que me arrastre atrás suyo.

—Dale boluda, no creo que sea para tanto.

No, definitivamente Valentina no conoce a Gian como yo.

De camino al comedor me acerco a él para preguntarle, armándome de valor para perder la dignidad de esta manera tan horrorosa.

—Necesito tu ayuda.

Gian se detiene en el medio del pasillo y me mira con incredulidad.

—¿Escuché bien? ¿Camila Jara pidiendo mi ayuda? ¿el mundo se está por acabar o de qué me perdí?