Capítulo 20: Final

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Gian y yo todavía no hablamos, no tuvimos tiempo, unas amigas de Chivin lo sacaron a bailar a él, aunque se quejara y negara mínimo cuatro veces

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Gian y yo todavía no hablamos, no tuvimos tiempo, unas amigas de Chivin lo sacaron a bailar a él, aunque se quejara y negara mínimo cuatro veces. La mujer de cabello blanco lo tenia de la mano dándole vueltas por la vista, mientras Martina se carcajeaba a tan sólo unos pasos y lo grababa con su celular. Me acerco unos pasos hasta Cata y Nicolas, que están contra la barra de bebidas, los dos de blanco, con unas copas en mano.

—¿Qué están tomando? —pregunto.

—Yo agua, y Nico va por su segundo trago de alcohol. —me responde la chica, negando con la cabeza.

—Al fin llegas. —sonríe el vegano, estirando su puño para chocarlo conmigo— Gian te estaba buscando.

—Es la segunda persona que me dice eso en el día.

Mis ojos regresan al chico que me vuelve loca, parado en la pista tratando de zafarse de las manos de la mujer. Lo veo decirle algo y la mujer lo lleva hasta sus amigas.

—Deberían hablar, parecía muy preocupado. —menciona Nico, antes de darle un trago a su bebida— Y eso que Gian es muy callado, pero esta vez estaba demasiado distraído, no sé que sucedió con vos, pero deberías hablar con él.

—No encuentro el momento todavía, míralo, está de la mano con las amigas de Chivin.

Gian no parece divertido, todo lo contrario, se lo nota tenso hasta que llega Martina para sacarlo de ahí, pero ahora es Chivin quien lo retiene para sacarse fotos y llevarlo a bailar.

—Gian parece el muñeco de feria de Chivin y sus amigas. —bromea Cata, mirando en dirección a ellos.

—Lo capturaron como muñeco de atracción. —dice Nicolas.

Miro en dirección a Gian y sus ojos se desvían unos segundos a Nicolas, y de su amigo a mí, sucesivamente. Nos quedamos mirando con anhelo y con arrepentimiento, y solamente deja de verme cuando le hablan, llamando su atención.

Y me encanta que, en una habitación llena de gente, sus ojos me busquen a mí. Porque lo que resta de hora no podemos vernos, no agarramos un momento para hablar, cuando él regresa con sus amigos, me llaman a mí por alguna cosa de fotos. Martina parece feliz bailando y no para un segundo de hablarme de que conoció a una chica que le gustó mucho. Guada se nos une y las tres bailamos entre medio de los invitados.

Gian me mira desde la barra, pero no me busca.

—No deja de mirarte. —me menciona Guada, sonriendo.

—Pero no me busca para hablar, es un cagón.

Niego con la cabeza, algo frustrada. El hermano de Guada se nos une después, vestido con una camisa blanca que le queda muy bien. Él me sonríe apenas me ve, aunque no nos conocemos.

—¿Y vos sos? —pregunta él, intrigado, mirándome de arriba abajo.

—Camila me llamo. —respondo— ¿Y vos?

Razones que odio de vos [Giamila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora