El error de Gian fue dejarme elegir donde iríamos como primera cita, porque mis ideas no se asemejan para nada a las ideas de salidas de él, que estoy segura que prefiere llevarme a cualquier otro lado menos al lugar que tengo en mente. Se la tendrá que aguantar.
Salgo de la casa con la bolsita de regalo en mano y me acerco a su auto, él se encuentra sentado en el asiento de conductor con los lentes de sol puestos y el cabello mojado al salir hace poco de la ducha. Su perfume me envuelve apenas pongo un pie adentro de su auto.
—Te ves hermosa. —dice Gian, acercándose para darme un beso— Me gusta cómo te queda el rojo.
Estuve todo el día eligiendo la ropa, y al final opté por una remera roja y una pollera negra con zapatillas cómodas. Una blusa que me regaló Valentina y que es la primera vez que la uso porque es muy escotada y no tenía ocasión para usarla.
—Gracias, vos igual te ves hermoso. —sonrío sobre sus labios unos segundos antes de alejarme y extenderle la pequeña bolsa— Te traje un pequeño regalo, y no sé si te va a gustar.
Gian, confundido, saca de la bolsa la pulsera roja y sonríe divertido al notar el pequeño ojo turco que cuelga en el medio.
—Cada día te pareces más a mi mamá vos.
—Supongo que eso es algo bueno.
—Todavía lo estoy descubriendo.
Para mi sorpresa se lo pone al instante en su muñeca derecha y luego vuelve a abrir la bolsa para sacar el segundo regalo. Dos entradas al cine.
—Si nos sale bien la primera cita, esta es nuestra segunda cita, ¿te parece? —pregunto, con más confianza. Él me mira con ojos brillosos y una sonrisa realmente encantadora.
—Pero estás eligiendo todas las citas vos, tramposa.
—Podes elegir la película.
—Pero mira que ingeniosa, como maneja toda la cancha a su favor. —asiente, viéndome orgulloso— Esta bien, pero yo también tengo planeado un lugar para llevarte.
—Está bien, pero no quiero saber donde.
Lo digo mientras él prende el auto y le comienzo a dar indicaciones hacia el destino. Gian manejando se ve extremadamente sexy, siempre lo fue, pero ahora al menos lo puedo admitir sin sentirme obligada a dejar de pensar en ello. En cambio, me quedo mirando su perfil el tiempo suficiente para verlo sonreír.
—¿Qué me miras tanto? —pregunta sonriendo— ¿Te gusto acaso?
—Que ego, Odoguardi. —ignoro la pregunta y saco mi celular para conectarlo a la radio y asi poner música— ¿Qué tipo de música te gusta?
—De todo un poco, tal vez country...
—¿En serio te gusta el country?
—¿Por qué tan sorprendida? ¿no me veo como una persona que le pueda gustar country?
ESTÁS LEYENDO
Razones que odio de vos [Giamila]
FanfictionCamila y Gian se odian, no pueden convivir en la misma habitación o trabajar juntos. Cuando el profesor les asigna un proyecto de investigación, deben aprender a llevarse bien para poder ganarse una beca para estudiar en el exterior. Camila tiene bu...