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(lloren perras lloren jijiji, comenten comenten las leo, las amo<3)

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Juliana y Rey se quedaron algo apartados del grupo, ahí estaban ambos, Juliana sentada en medio de las piernas de Rey. Entre risas y palabras susurradas, la distancia entre ellos se acortaba más y más, sus miradas atrapadas la una en la otra.

Rey observaba cada pequeño gesto de Juliana: la manera en que se mordía el labio al escuchar, cómo su mirada se volvía suave cuando se sentía cómoda. Entonces, sin decir nada, acercó su mano para apartarle un mechón de pelo que caía sobre su rostro, sus dedos rozando suavemente su mejilla.

—¿Qué? —preguntó Juliana, un poco avergonzada al sentir su mirada tan intensa.

Rey sonrió, encogiéndose de hombros, y en un impulso, la atrajo hacia él, sus labios encontrándose en un beso lento, suave y lleno de promesas. Era como si el tiempo se detuviera en ese momento, dejando solo el murmullo de las olas y el calor de sus cuerpos acercándose.

Cuando se separaron, ambos se quedaron con las frentes juntas, respirando juntos mientras una sonrisa cómplice se formaba en sus rostros.

—Quiero conocerte más, Juli.—dijo Rey, su voz baja, pero con una intensidad que hizo que el corazón de ella latiera aún más rápido— Contame, ¿qué te gusta?

Juliana lo miró, pensativa, mientras dejaba escapar un suspiro de satisfacción.

—A ver... Me gustan los atardeceres en la playa. Me gusta sentirme en paz después de momentos difíciles —dijo ella, mientras sus dedos jugueteaban con la mano de Rey, entrelazando los dedos. Su voz se tornó más suave, y agregó—. Y creo que me gusta... esto. Estar con vos.

Rey soltó una pequeña risa, su expresión reflejando la misma ternura.

—¿Sabés que me gusta verte así de feliz? —susurró él, besándola de nuevo, esta vez un poco más intenso, sus labios explorando los de ella con una urgencia dulce, como si no quisiera perder ni un segundo de ese momento.

— ¿Ah, sí? —bromeó ella, apoyando la cabeza en su hombro, abrazada a él—. ¿Y vos? ¿Qué te gusta?

Rey la miró, con una sonrisa en los ojos.

— A ver... —hizo una pausa, pensando—. Me gusta la música, va, un poco de todo—ella lo miro—pero últimamente, me gusta muchísimo cuando me mirás con esos ojitos que me vuelven loco.—

Juliana rió suavemente, dándole un leve golpe en el pecho mientras Rey le sostenía la mirada.

—Son ojos comunes, como el resto.—admitió ella.

—Puede ser, pero a vos se te ven hermosos.—contestó Rey, acariciándole la mejilla con el pulgar antes de besarla una vez más, disfrutando de la cercanía, de la forma en que sus labios parecían encontrar el ritmo perfecto entre ellos.

MISS FAVELA.     MargaritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora